LAURA SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES
El ejemplo de Job
Cuando Ramón Andrés Builes entra al salón de clases saluda a sus estudiantes, hace la señal de la cruz sobre su frente y ellos repiten la acción y se quedan de pie. Lee un salmo de bienvenida al curso de teología que cambia vidas.
El auditorio del Centro de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Manizales (Cecam) es algarabía antes del ingreso del seminarista Ramón Andrés. Sus 27 alumnos finiquitan detalles para entregar una placa en honor a los 38 años del Cecam, conversan y retoman el silencio.
María Liliana Patricia Gómez está en esa clase por el deseo de servir a la comunidad. "Tuve una grave enfermedad que casi me mata, ahora soy diferente, enseño con las palabras y con hechos".
El profesor anota en el tablero: "¿Por qué sufre el justo?" y en su respuesta sobresalen: para aprender, porque el sufrimiento hace parte de la vida o porque Dios da alegría y amor para todo el mundo.
La duda persiste y Ramón Andrés abre la biblia y pide que una voz fuerte y clara lea el primer capítulo del libro de Job. Algunos olvidaron la Biblia, pero sin quedarse atrás la consultaron a través de sus celulares.
"Había en el país de Us un hombre llamado Job. Este hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal. Le habían nacido siete hijos y tres hijas".
"Siete más 3 es igual a 10, el número de la bendición de la descendencia y riqueza. Todos hemos tenido esta primera parte en nuestras vidas", comenta el profesor. En esta Semana Santa no sobra reflexionar, dice él, sobre la vida, las bonanzas e infortunios, para que no sea una semana más del año.
Algunos repasan el contenido de la Biblia desde sus celulares.
Adiós efecto jabón
Algunos creen que Dios manda pruebas y que en las dificultades se muestra cuán grande es la fe hacia él. El profesor refuta la afirmación: "Nuestra vida no depende de los éxitos, sino de la medida en que servimos a él, enseñando a amar y amando".
María del Pilar Escobar interfiere: "Desde Adán y Eva se confundió la felicidad". Y el seminarista completa con que el ser humano está errado en pensar que la mayor riqueza que tiene es la vanidad, cuando se quiere pasar por encima de los demás, pisoteándolos.
El grupo asiente con la cabeza. Los tres grados de bondad de San Agustín deben repasarlos para la próxima clase, en la Semana de Pascua porque lo que quiere Builes es que se acabe el efecto jabón, del todo me resbala, y demostrar amor a los demás empezando por sus estudiantes.
En esta clase hay estudiantes desde los 18 hasta los 72 años ansiosos por aprender, algunos para integrar congregaciones, unos son seminaristas y otros solo aprenden y comparten desde hace 15 años. Son una gran familia en la que cada uno ayuda en sus parroquias, enseñando la palabra de Dios.
Otra voz fuerte continuó leyendo la Biblia en Mateo 8:24-27, a Jesús con los apóstoles en una barca durante una fuerte tempestad en medio de la pérdida de la fe.
"Él siempre estará aunque no tengamos fe, la pregunta es si ustedes aceptan a Dios", cuestiona el seminarista y plantea tres tipos de fe: infantil (puesta en el milagro de Dios), joven (Dios de los milagros) y adulta (Cristo vive en mí).
Enseñar a amar a los demás no se enseña en todas las clases, en la de Builles es lo principal. Por eso después de 55 minutos de aprendizaje dijo que Dios desea que se celebre esta semana con él con amor.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Vuelve la señal de la cruz en las frentes y el grupo recoge el dinero que falta para pagar la placa conmemorativa de la celebración.
Teología
Es una ciencia que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones.
Convencidos
Diana Isabel Amaya
Con el curso Dios se ha hecho persona en mí, con las diferentes situaciones. Tengo que caminar convencida de que él me va a mostrar el camino.
Carlos Andrés Luna
Estudio esto en respuesta a los interrogantes de por qué estamos acá, cuál es mi propósito y cuál es el plan de Dios.
Leidy Johana Aristizábal
El curso me ha enriquecido muchísimo, me ha enseñado a ver en qué creer, conocer que la ciencia, la fe y la razón sí se pueden unir.
Jonathan Barco
Cuando llegué tenía mucho susto, pero luego vi que era el lugar donde me quería Dios. Acá nos aclaran que Dios es tan real como cada uno. Nos forman en personas que comparten con los demás.
En la clase de teología hay estudiantes entre los 18 y los 72 años.
El seminarista Ramón Andrés Builes escucha de voz de un estudiante el primer de capítulo de Job.
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