LA PATRIA | CARTAGENA*

Con la misma cautela que, dice, deben tener los gobiernos al negociar la importación de recursos naturales, el secretario ejecutivo de la Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe (Arpel), Carlos Garibaldi, responde las preguntas que implican al presidente Gustavo Petro y su intención de comprar gas venezolano.

“Como dicen ustedes, le voy a sacar el cuerpo a esa pregunta”, contestó —o evadió— una interrogante que cuestionaba las decisiones de Petro en materia energética, durante una rueda de prensa el pasado miércoles en la Semana Arpel-Naturgás, desarrollada en Cartagena.

En diálogo con LA PATRIA, Garibaldi dejó clara su postura sobre la posibilidad de importar gas desde Venezuela, sin dejar de lado el tono diplomático: “Lo más inteligente sería desarrollar lo que hay en Colombia”. Además, se refirió a la incertidumbre global en el sector gasífero por la escalada de conflictos, a la transición energética y a los productos que puede explorar el país para diversificar su oferta.

La Semana Arpel-Naturgás 2024 reunió a representantes de la industria nacional de gas.

¿Los acuerdo energéticos entre países no entienden de ideologías? ¿Van al pragmatismo?

Exactamente. Hay que ser prácticos y enterrar el pasado en el pasado. En Europa se venían matando desde hace 2 mil años y ahora es un bloque monolítico. Se puede hacer la integración. Tienen la misma corriente, los mismos enchufes y la misma trocha de ferrocarril. Nosotros en Latinoamérica no tenemos eso. Para transportar algo entre Brasil y bhay que cambiar de vagón a vagón porque es otra trocha. Hay que corregir cuestiones de compatibilidad.

Usted habló en su rueda de prensa de incertidumbre por conflictos como los de Israel-Palestina y Rusia-Ucrania. ¿Cómo ve esta década con este boom de conflictos?

El problema de pronosticar el futuro es que se trata del futuro. Hemos tenido sorpresas como Rusia invadiendo a Ucrania. Casos así son llamados ‘cisnes negros’, son cosas que nadie se esperaba. Tampoco esperábamos el ataque de Hamás en Israel que provocó todo este desbarajuste en Gaza y el mar Rojo. Es difícil predecir dónde aparecerá otra crisis. Tuvimos a Venezuela amenazando con invadir Guyana. De lo que se puede predecir, lo que más preocupa es que China invada Taiwán porque la mayoría de todos los superconductores que usamos en los electrónicos se producen allí.

En ese caso, ¿Taiwán estaría aun más aislado que Palestina? ¿Nadie lo defendería?

Ha quedado aislado porque China pone presión diplomática: “Ellos o nosotros”. China tiene un peso más grande. Creo que Taiwán tiene un apoyo muy sólido de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, etcétera. No soy especialista en geopolítica, no me parece altamente probable, pero sí es posible. Mi punto es que las instituciones que hacemos proyecciones sobre demanda de energía, petróleo y gas no tenemos en cuenta estas disrupciones. La transición energética no perdió el rumbo, pero sí el ritmo con la invasión rusa a Ucrania. La gente se empezó a preocupar más por la seguridad económica que por la transición energética. No hay una dicotomía entre ambas, tienen que suceder al mismo tiempo.

El presidente Gustavo Petro anunció acuerdos energéticos con Venezuela para que, por ejemplo, Ecopetrol explote gas natural en la frontera. ¿Qué significa para un país con reservas de gas o potencial de exploración importar este recurso?

Siempre lo más lógico es desarrollar los recursos propios, pero a veces el tiempo es distinto. Todavía no produce gas el Caribe colombiano. La demanda está aumentando y hay una brecha. ¿Qué sale más barato como conexión? ¿Traer gas natural desde una planta lejana que, si no tiene suministro constante, requiere comprar infraestructura o integrarse con los vecinos? Ahora, tiene que haber orden. La integración por la integración misma no es una panacea. Mirá lo que le pasó a Europa occidental por integrarse mucho con Rusia. Hasta tuvieron que quemar carbón… Ahora la dependencia del gas ruso ha bajado un 13%. Hay que tener cuidado de no depender de recursos de afuera, a menos que se tenga una situación política sólida y que sean compatibles geopolíticamente.

Foto | Cortesía Presidencia | LA PATRIA

El presidente Gustavo Petro estuvo en la clausura de la Semana Arpel-Naturgás el pasado viernes. El mandatario defendió la posible importación de gas desde Venezuela y exhortó a la industria nacional a dar el salto hacia la producción de hidrógeno verde. 

¿Cuáles serían los beneficios y afectaciones de depender de otro país en el suministro de gas?

Es un problema sujeto a regímenes políticos volátiles. Puede haber un desacuerdo. Ahora no hay mucha diferencia ideológica, pero en el futuro puede pasar. Suponé que haya elecciones libres en Venezuela o que otro partido gobierne en Colombia. Está bien tener integración, pero hay que tener autonomía. La seguridad energética también implica soberanía energética. Lo más inteligente sería desarrollar lo que hay en Colombia.

¿Es paradójico que el gas natural, que es menos contaminante, se suela descubrir con el petróleo, que es muy contaminante?

Los dos son menos contaminantes que el carbón. El petróleo lo vamos a seguir usando porque hay que diferenciar lo aspiracional de lo real. Eso de llegar a cero emisiones netas para el 2050 no está sucediendo. No estamos en esa ruta en políticas ni en inversiones. Es un subproducto muy valioso. El barril de petróleo está a más de 80 dólares. Ahora, se puede explotar de manera sustentable. De forma que la explotación tenga cero emisiones. No creo que haya nada malo en producir petróleo. Creo que primero se irá el carbón, que es el más pernicioso. Después seguirán el crudo pesado y el ultrapesado porque contaminan más y requieren más energía en su producción. El último será el crudo liviano. No creo que el gas se vaya nunca.

Usted menciona que hace 100 años se inició la transición de carbón a petróleo, pero hoy se consume siete veces más carbón que en ese entonces…

Disminuimos el tamaño proporcional de la porción, pero antes era una galletita y ahora es una pizza. Antes teníamos media galletita, ahora tenemos una octava parte de una pizza grande. Es más masa. La demanda energética se ha multiplicado por nueve en el último siglo. Si la demanda energética sigue creciendo, puede que caiga el peso relativo del petróleo y el gas, pero no significa que disminuyan sus volúmenes, a menos que la demanda se estabilice. Sin embargo, seguimos agregando gente. Me cuesta creer que la demanda caiga. No hay solo un problema de oferta, también es de demanda. 

¿Con qué productos puede diversificar la oferta energética Colombia?

Ecopetrol está haciendo hidrógeno verde. El país tiene mucho sol y viento en La Guajira. Hay geotermia. Hay formas de energía renovable muy parecidas a lo que hacemos nosotros. Si vos perforás un pozo y le inyectás agua fría a una zona volcánica en una capa cercana que esté caliente, generás vapor y electricidad renovablemente. Se puede hacer energía eólica off shore (costa fuera) con una plataforma en el mar. En el gremio del gas natural nos sentimos aparte de la transición energética porque el recurso va a seguir siendo necesario y porque descarbonizando, entendiendo la urgencia. Aparte, nuestras empresas están diversificando sus portafolios de oferta con energía renovable. Pronto no habrá petroleras, sino empresas de energía. Lo mejor para la seguridad energética es la diversidad energética. No se sabe cuál es la ficha ganadora. 

*El periodista fue invitado por Efigás al congreso en Cartagena.