Ineptitud, política y “aviones”

Los caldenses y manizaleños nos vemos muy estoicos y civilizados al no armar un tropel por los desafueros iniciales en la "construcción" del aeropuerto de Palestina. Pero si soy sincero, nos vemos más bien como indolentes, vacíos por dentro y ridículamente pendejos y resignados. En la capital de la República se burlan de nosotros y creen que los organismos de control regionales pasan de "agache" y no son los "campaneros" y vigilantes permanentes de la moral pública y administrativa. Parece que su disciplina y conducta es hacerse los "bobos" y no defender los intereses de los caldenses, pues toleran descaradamente algunos desatinos que vemos a diario.

Hagamos memoria y analicemos el episodio de los "15 días sin agua" en Manizales a finales del 2011; todo por la falta de previsión del alcalde de la época, un inepto de solemnidad. Está bien que nos resignemos ante lo inevitable, pero que toleremos la ineptitud, la falta de preocupación, así como la poca cautela y atención de la "primera autoridad" de la vereda, es inconcebible e inaudito. Parecemos más bien cobardes y pusilánimes. Para algunos no pasó nada, pero si no castigamos a los verdaderos culpables, las cosas no cambiarán nunca para nuestro departamento. Tan grave como el descaro, la incapacidad, la ineficiencia, la torpeza y la incompetencia de algunos gobernantes, es también la inercia y la pasividad de una población sumisa y resignada a situaciones y desgracias que podrían evitarse. Esa estúpida arrogancia del alcalde de turno, quien además nunca pidió disculpas por su gestión clientelista y, sostuvo a su "burócrata" de turno en Aguas de Manizales, solo mereció el repudio de todos los manizale-ños.

Tenemos obligación de luchar contra la indiferencia, la cual es en buena parte culpable de la corrupción que ha padecido Caldas, comarca donde existen unos falsos liberales y ficticios conservadores, responsables del caos administrativo y gubernamental de nuestra región. Nos hemos dejado imponer por el miedo o por el clientelismo, unos gobiernos infames, donde a los funcionarios no los designa el conocimiento, la honradez y los méritos, sino la lambonería y la sumisión.

Pero... llegó el uribismo y nombró a Francisco José Cruz Prada gerente del aeropuerto de Palestina en los primeros años, quien según el columnista del Espectador Uriel Ortiz Soto, "el único avión que ha aterrizado en Aeropalestina es el supersónico de Francisco José Cruz Prada, -excandidato a la gobernación de Caldas por el partido de la U-, quien lo hizo para proveerse de combustible económico y después alzar vuelo para perderse en la nebulosidad de nuestra justicia, con las frustradas esperanzas de los siempre ingenuos caldenses, que no obstante todo el garrote que nos han dado los corruptos, continuamos dándoles papaya".

Aeropalestina, que se diseñó de la mejor buena fe para despegar hacia el futuro y buscar los mercados internacionales, es aun un elefante blanco. Desgraciadamente su estructura inicial fue más politiquera (por la U), que técnica. Para la desdicha e infortunio de los caldenses, desde su comienzo algunos le inocularon el flagelo de la corrupción. En esto hay comprometidos "brillantes" dirigentes aun con pretensiones de poder y mando. ¡Qué pensarán los organismos de control a nivel nacional, así como la cuestionable Fiscalía General de la Nación, con estos bandidos que se organizaron en clanes y consorcios, para rapiñar el futuro de nuestra región, "personajes" a quienes se les dio crédito y después cometieron semejante debacle financiero!

Dice el columnista Ortiz Soto que, "el Dr. Cruz Prada aterrizó en la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca en un cargo directivo y... aterra aún más que un hombre tan cuestionado, continúe haciendo de las suyas en la administración pública".

Es de conocimiento público que la obra después de tener una inversión de más de 150 mil millones de pesos, se encuentra paralizada y es muy complicado su reinicio pese a la colaboración del señor Presidente, quien recientemente en una visita a nuestra región, prometió 50 mil millones de pesos, (una limosna), para la continuación de la obra, pese a que para los que saben del tema, terminarla en su totalidad costaría alrededor de un billón de pesos. En conclusión, el presupuesto está en veremos y el dinero invertido inicialmente, parcialmente se esfumó. No olvidemos que el costo total de hace 10 años era aproximadamente de 250 mil millones de pesos, pero por las improvisaciones, los saqueos de algunos, chanchullos y peculados anteriores, el nuevo valor es astronómico.

Dejo en claro la nitidez, transparencia y buena fe del gerente actual, quien tiene un buen equipo de trabajo y la mejor voluntad para sacar este aeropuerto adelante.