En la noche entre el 14 y el 15 de abril de 1912 el Titanic se hundió y murieron 1514 personas de las 2.223 que iban a bordo.
Casi todos los que quedaron flotando en el mar murieron de hipotermia y otros fueron rescatados por los botes salvavidas.
Los 710 supervivientes fueron rescatados por el transatlántico Carpathia unas horas después.
Es una tragedia que, como todas, enseña muchas cosas a aquel que tenga humildad para aprender de los errores.
Antes de chocar con el iceberg el Titanic recibió sucesivas alertas para ir más despacio, estar alerta o desviarse.
Pero el Ego de romper un récord de velocidad y de ir en un barco insumergible fue el verdadero iceberg que los llevó al desastre.
La soberbia siempre es una mala compañera y es la causante de la mayoría de los problemas y los conflictos humanos.
Cuentan que alguien dijo "este barco no lo hunde ni mi Dios", pero se fue al fondo del océano en su primera travesía. El Ego solo trae males.
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