Tiene razón Juan Carlos Botero, columnista de El Espectador sobre las expectativas ilusorias de una paz con las Farc:
"La gente sufrirá una gran decepción al ver que la mayor parte de la violencia continúa, y que el problema de la inseguridad sigue casi intacto".
En efecto, las guerrillas causan menos del 13% de las víctimas de la violencia en Colombia.
Hoy en día la mayor fuente de la violencia no es la guerrilla, son las bandas criminales o paramilitares.
Y a sus males hay que sumar la delincuencia y las violencias de orden familiar y social que acosan a la patria.
Si se firma "una" paz con las Farc, no hay que cantar victoria, es solo un tris, un ápice de paz, no "LA" paz.
Colombia necesita erradicar una corrupción colosal y una inequidad escandalosa y deplorable.
Estas dos plagas o flagelos son peores que la guerrilla y generan mucha más violencia en un país enseñado a aguantar sin indignarse.
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