El título corresponde al libro del escritor caleño Luis Noriega que cae de perlas para estos tiempos preelectorales, en Colombia, y también en Estados Unidos, donde el millonario Donald Trump le pone altas dosis de sal, pimienta, granujería y mala leche a la disputa por la candidatura republicana a la Casa Blanca.
En las 373 páginas de Donde mueren los payasos -que el autor define como “Una farsa electoral”- la clase política queda de recoger con cuchara, en estos siete capítulos, que desarrolla tras su prefacio, denominado Salida en falso: El otoño de su descontento, Todos estaban a la espera, Un discapacitado para gobernarlos a todos, Noche oscura del alma, Locus amoenus, La marcha de las narices rojas y Noticia de un secuestro.
He aquí la sinopsis de la obra del vallecaucano: “Esta es una novela de payasos y de políticos; políticos que no saben que son payasos y payasos que quisieran hacer carrera política. Pero también es una novela de gurús íntegros y diplomáticas arpías, de periodistas de verdad e inventores de noticias, de profesores felizmente casados y adolescentes aficionados a los videojuegos, de autores pusilánimes y editores mercantilistas, de zombis y mercenarios y psicópatas”.
Una necesaria explicación del contenido del libro de pasta dura:
“Lo que el lector tiene entre sus manos no es una farsa porque se trate de una pieza cómica que echa mano de la exageración, la parodia y otros recursos por el estilo, sino porque sus personajes son una colección de farsantes. Nada más realista, de hecho, que poner a un payaso de candidato a la presidencia”.
A renglón seguido plantea sobre las encuestas: “La democracia del siglo XXI es aquí una encuesta eterna, la del Barómetro Permanente de Opinión, la herramienta online que veinticuatro horas del día, siete días a la semana, refleja fielmente el estado del Estado de opinión”.
Para Noriega, “un pueblo conectado a Internet, quizá no necesite elecciones, pero circo siempre le hará falta, especialmente cuando se trata de un pueblo sin pan”… “Esta es una novela de payasos y, por lo tanto, lo único que podría criticársele son los calambres de la risa que procurará al lector. Claro que, como todo el mundo sabe, los payasos son seres tristes, y más triste aún que esta farsa sobre un país corrupto e impotente se parezca tanto a la vida en tantos países de verdad. La infelicidad vende”…
Así lo retratan sus editores: “Noriega nació en Cali en 1972. Realizó estudios en Bogotá, donde el único título que encontró en oferta fue el de literato; Barcelona, donde había grandes rebajas, pero no hubo título, y Washington, donde se graduó con honores como Mesías de Nivel 30. De mayor quiere ser crítico de videojuegos.
Autor de una decena de novelas de veinte páginas publicadas en revistas y antologías (El problema de Randy, Soluciones ad hoc, Círculo virtuoso) o rigurosamente inéditas (Mi vida con los perfectos), ha escrito dos que superan esa extensión: Iménez, con la que ganó el premio UPC de ciencia ficción en 1999 y Mediocristán en un país tranquilo, con la que tuve menos suerte”.
La apostilla: Luis Noriega está tan convencido del éxito de su primera novela que anuncia, en aviso insertado en la última página, la próxima aparición de “Donde mueren los payasos-2”, que vendrá acuñada con este subtítulo: El regreso del Líder. (Amanecerá y veremos).
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