Fue. Esa es la canción de Soda Stereo que más me gusta. No es la más comercial, ni de las más conocidas, pero su atmósfera melancólica y letra del fin de un amor me parecen más atractivos y profundos que la siempre alegre (y que enciende el "calor de las masas") De música ligera.
Gustavo Cerati fue, sin duda, el rockero latinomaericano de mi generación. Seguramente los habrá mejores y más talentosos, pero fueron él y sus amigos Zeta Bosio y Charly Alberti los que llevaron el rock en español sudamericano a otro nivel. Este "power trío" abrió la puerta para que decenas de otras bandas se mostraran y sonaran en países diferentes al suyo. Sin Soda Stereo, agrupaciones como Los Enanitos Verdes, Caifanes, Los Prisioneros, Los Rodríguez, entre otros, no hubieran tenido la proyección que tuvieron.
El grupo colombiano Aterciopelados, por ejemplo, le debe mucho a Cerati. Él los invitó a que abrieran su gira por los Estados Unidos en 1995, lo que los dio a conocer a la crítica estadounidense. Después de ese tour, Andrea Echeverry y Héctor Buitrago hicieron de Nueva York y Los Ángeles parada obligatoria, y desde entonces sus siguientes discos (La pipa de la paz, Caribe atómico, Gozo poderoso y Río) siempre fueron acogidos de manera positiva y con nominaciones a los premios Grammy. Gustavo Cerati vio en ellos más que el grupo de corte punk que hasta ese entonces era, y ayudó en la transformación de lo que es hoy Aterciopelados.
Influenciado por grupos británicos como The Police, The Cure y el new wave de los ochenta, Soda Stereo nos mostró que el rock latino podía distanciarse de la música protesta y ser tan bueno -y universal- como el americano. Cerati se volvió un monstruo de las guitarras con efectos y de las letras crípticas (¿quién más explicaría el efecto doppler con una canción sobre una pareja que se pelea?). Estuvo en la vanguardia. Cuando los demás estaban emulando el sonido grunge del Seattle de los noventa, él -como solista y en su grupo- ya experimentaba con la electrónica. Cuando todos se metieron a la electrónica, jugó con la sinfónica y después volvió a lo básico. Su último trabajo Fuerza Natural (2009) suena a lo que suenan muchos grupos hoy en día.
Haberlo visto en Manizales en 1995 fue un gozo. Fue encontrarse con la música que me acompañó desde la infancia hasta la adolescencia, a mis años de universitario. Con ellos pasé del LP (Nada personal), al cassette (gasté la cinta de Doble Vida), al CD (Dynamo), y a la descarga por internet (Plan V, que aquí no se consigue). Los cuatro acordes De música ligera fueron de los primeros que aprendí en una guitarra, con el único pretexto de que las amigas se acercaran y uno pudiera agarrarles el culo y las tetas (¿para qué más se aprende a tocar la guitarra?). Cerati fue un grande. Fue.
* * *
Dicen que el primer paso a la recuperación es aceptar que se tiene un problema. Por eso aplaudí que el concejal barrista Juan Sebastián Gómez saliera en una rueda de prensa esta semana a hablar sobre el accidente que sufrió el pasado sábado, y que asumiera la responsabilidad de los hechos. ¡Bravo!
Él no iba borracho, como señalaron algunos. Si acaso enguayabado y con algo de tufo, lo que la prueba de alcoholemia demostró (un mísero 0,28). Y sí, llevaba la licencia de conducción en mal estado y era ilegible, pero eso le pasa a cualquiera. A los que las usan para abrir puertas, por ejemplo. O para untar o picar cosas con ellas. Y siempre son útiles para los carruseles, o sea, cuando se le presta a alguien para que entre a una discoteca, un bar o al estadio. Pero no es el caso del concejal. Él entra al estadio como Pedro por su casa y hasta sin camisa, para evitar que lo toquen mucho en las requisas.
Aquí valdría un consejo para el concejal: Tal vez si llevara una camisa, nada pomposa, solo una que tenga bolsillo, podría usarla para guardar las gafas que al parecer necesita, pues nunca ve los desmanes que ocurren en la barra Holocausto, a pesar de que los demás los vemos desde las otras tribunas. O tal vez no lo usaría como un acto simbólico, como para decir que usted no es un concejal de bolsillo. Todo lo contrario, a quienes lleva en el suyo son el Once Caldas, el alcalde, la secretaria de Gobierno y hasta la Policía, que no toman medidas drásticas con su barra cuando ésta se transforma en un verdadero holocausto de puños, patadas, armas blancas, consumo y apología al uso de drogas. Ni los extranjeros apuñalados por barristas o los muertos que tienen encima han servido para sanciones... pero sanciones de verdad.
De todas formas, bien por ese primer paso, Juan Sebastián. Ahora que no podrá manejar, podrá caminar por los lados del estadio antes de un partido para darse cuenta que la mendicidad sí hace parte del barrismo de la tribuna norte, contrario a lo que redactaron en un comunicado emitido a comienzos de este año.
Con todo esto, hasta he tenido tiempo de pensar en un cántico para la barra. Lo pueden estrenar esta noche si quieren.
Dice así (pero le tienen que poner acento de barra brava argentino): "Juan Sé, Juan Sé, por imprudente terminaste como un tres/ Juan Sé, Juan Sé, ese tufo no lo quita ni los Certs/ Ponle huevos a este lío, no te sientas abatido/ Si la plata te hace falta, Holocausto te la gasta/ Ese parte se comparte. Ten aguante, caminante/ Si la alcaldía no da la liga, los barristas te la mendigan".
* * *
Tercer té. A quienes les interese hacer carrera de servidor público primero deben cumplir los siguientes requisitos: una cuenta en el exterior y ojalá tener doble nacionalidad, en caso de que tenga que huir del país como Sandra Morelli, Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Restrepo y María del Pilar Hurtado.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015