Tal vez la noticia política más importante desde hace muchos años, especialmente en América Latina, ha sido la decisión tomada por el presiente Barack Obama de reiniciar las relaciones diplomáticas y revisar la suspensión del bloqueo económico con la isla de Cuba. Aunque a muchos de quienes sobrepasamos hace rato los cincuenta añitos conservamos con gran malestar el recuerdo de las actuaciones sangrientas y dictatoriales con que los hermanos Castro trataron a ese pobre pueblo durante tantos años, también sentíamos rechazo ante las muchas barbaridades con que el imperio trataba de acabar con una revolución comunista repudiable, pero que era parte integrante de la nacionalidad de estos sufridos isleños.
Los diversos ataques con que los Estados Unidos demostraban su poderío, llegaron a su punto culminante cuando le declararon el embargo económico total, lo que convirtió a Cuba en uno de los países más pobres del mundo, cerrando drásticamente todo su comercio exterior y convirtiendo a sus pobladores en verdaderos mártires, lo que solo sirvió para generar repudio de gran parte del mundo hacia esa política norteamericana, estimulando el respaldo moral a los Castro, de tal forma que a los gringos les salió el tiro por la culata.
Pero como no hay mal que dure cien años, se ha conocido que como un volcán de ilusiones motivado por el papa Francisco, la persona más importante de este y de varios años, se ha logrado que por fin se sienten David y Goliat a tratar de arreglar este inútil y largo pleito, y comiencen a tener acuerdos, pequeños por ahora, pero que serán el inicio de mejores épocas para el pueblo cubano.
Todo indica, según varios analistas políticos, que lo que está pasando por esos lares podría terminar favoreciéndonos en la situación de guerra con que nos mantienen azotados los terroristas de las Farc. Esto se demostró en minutos, pues tan pronto se supo la noticia salió a la palestra el vocero de los sediciosos ofreciendo el cese al fuego "unilateral" inmediato, pero con la condición vergonzosa de que el gobierno no los podía tocar, quedando ellos en libertad de seguir incólumes por su camino de crímenes. Eso demuestra la poca decisión de los facinerosos de llegar a una verdadera paz, aunque algo puede quedar de esta jugada maliciosa.
En Colombia todavía tenemos un camino largo por recorrer, porque la solución que se le debe dar al posconflicto está muy enredada y, con seguridad, primero llegarán a acuerdos definitivos Cuba y USA, ya que ambos parecen demostrar verdaderos sentimientos de arreglo, y por acá eso se ve todavía lejano.
Como ejemplo de las torcidas intenciones de las Farc y la debilidad del gobierno, tenemos el hecho de que hayan aceptado sin ningún reato que la Córdoba, semejante heroína, haya estado sentada en la mesa de negociaciones posando como víctima, siendo una de las más acérrimas victimarias, acolitada por un individuo coordinador de la ONU, quien sin ninguna vergüenza ha defendido su presencia por haber sido victima de múltiples ataques de los que con ella han convivido para acabar con el país.
De todas maneras, muy en el fondo, seguimos con la esperanza de que algún día, ojalá con la ayuda resuelta de ese enorme papa Francisco, podamos volver a respirar los aromas de libertad que resuenan en el himno de Antioquia y que tanta falta nos están haciendo.
P.D.: Hay que trabajar durante ocho horas y dormir durante ocho horas, pero no las mismas.
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