La hipótesis expresa que anualmente 1 de cada 30 médicos que ejercen en Colombia, son acusados ante los Tribunales de Ética Médica del país, y que ello representa el problema del ejercicio médico en el país. Afirmación que debe ser probada. Por ahora, esta cifra escueta, no es suficiente para establecer verdades sobre el ejercicio de la medicina en Colombia como tampoco el dato calculado que por cada 83.000 actos médicos, 3 son denunciados cada año y que ello también representa la calidad de la medicina ejercida en el país.
En varias oportunidades se ha hecho un llamado para que las entidades nacionales médicas con representación en los diferentes departamentos o aquellas cuya sede y alcance sea exclusivamente departamental, realicen una investigación seria por lo independiente, sólida y universal, que demuestre la calidad de la medicina que reciben las sociedades de cada uno de los municipios incluyendo a aquellos núcleos apartados de las cabeceras municipales.
Pero no puede confundirse lo que sucede para el 90% de los colombianos con lo que acontece para el resto de la población privilegiada. Y tampoco es comparable la situación y la atención en los grandes y reconocidos centros asistenciales con las demás instituciones incluyendo las que están ubicadas en las comarcas rurales.
Ahora bien, de Perogrullo, los niveles de atención en salud no tienen equivalencia en los recursos y lo técnico pero sí la deben tener en la atención del médico, independientemente del sitio: Diligencia, pericia y prudencia. ¡Ni más ni menos! ¿Hasta cuándo se van olvidar estos compromisos ineludibles y tolerar su inobservancia?
Se pregunta: ¿Las universidades colombianas con sus Escuelas de Medicina pueden abordar el problema con sus investigadores? Sí pueden pero no deben hacerlo solas por los sesgos que podrían generarse, sin embargo una asociación temporal o permanente de ellas como Asociación Colombiana de Facultades y Escuelas de Medicina, sería lo ideal.
Este puede ser un excelente tema para quienes producen o desean producir investigaciones cualificadas y apartarse de la orfandad de producciones científicas y técnicas que merezcan reconocimientos.
En la última reunión nacional de los Tribunales de Ética Médica, bajo la orientación del Tribunal Nacional, pero con la independencia necesaria para disentir y plantear tesis diferentes a las expuestas por los distintos participantes, referidas a la aplicación de la Ley 23 de 1981, obsoleta y en vía de reforma en el Congreso de la República, se plantearon en diferentes oportunidades temas sobre las calidades, según el sector, de la atención en salud.
También, como materia relacionada, en el seno de la reunión y en los intervalos de las sesiones, se hizo intensamente evidente que aún, y sin saber hasta cuándo, la predominancia del modelo mercantilista en el Sistema de Atención en Salud, deforma los varios mecanismos por los cuales cada ser humano que reside en Colombia, debe recibir sin distinción alguna, una atención médica con calidad, digna de las personas, comenzando por lo más elemental: La oportunidad.
Es indiscutible que existe un número mayor de inconformidades sobre el comportamiento de los médicos frente al paciente, la familia y las instituciones, pero ellas se quedan en simples comentarios, en medio de inmensa tristeza o rabia, enmarcada en la realidad de la impotencia ante los hechos.
Es impropio propender por un ejercicio médico como el que se hacía hasta los inicios de la década de los años noventa del siglo pasado. Hoy las condiciones son totalmente diferentes pero no debe haber cambiado la vocación de ser médico ni el cumplimiento, sin atenuantes, de los principios que tutelan su profesión comenzando por su juramento, salvo en los casos que las leyes lo eximan de hacerlo, con un sello indeleble de honestidad, ratificado en las aulas comenzando con el ejemplo de sus profesores de principio a fin, del ciclo académico.
¿Qué piensa cada ciudadano por su experiencia o por informaciones verídicas de la calidad de la medicina que se ejerce en el país?
Nota: ¡La Universidad Nacional de Colombia ya tiene su Hospital Universitario! ¿Y, las universidades caldenses en qué van?
Nota: Esta columna dejará de aparecer temporalmente.
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