'Ágora', palabra esdrújula, es un sustantivo tomado del griego, que significa 'asamblea del pueblo; discurso, arenga; plaza pública, mercado', y es femenino. También en castellano. El columnista sabatino Pablo Mejía Arango le asignó el género masculino en el siguiente comentario: “...porque los eventos se realizaban en un pequeño ágora improvisado en una plaza pública” (LA PATRIA, 16/4/2016). Quizás al nieto del inigualable don Rafael Arango Villegas lo embolató el artículo masculino que, por eufonía, deben llevar los sustantivos femeninos que empiezan por 'a' en sílaba acentuada, como 'agua, ánfora, harpa-arpa'. La frase, por lo tanto, debió ser construida así: “...en una pequeña ágora improvisada en una plaza pública”. Ahora bien, como 'ágora' es, precisamente, una 'plaza pública', ¿qué quiso decir con “un 'ágora' improvisada en una 'plaza pública' “? Nos debe una explicación. Nota: 'Agora', palabra grave, término anticuado, 'ahora'. De Cervantes: “No querría -dijo don Quijote- que le dijese yo aquí agora y amaneciese mañana en los oídos de los señores consejeros, y se llevase otro las gracias y el premio de mi trabajo” (II, I).
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Con motivo del proceso judicial que se le sigue a la presidente de Brasil, la 'Fundación del Español Urgente' (Fundeu) da como alternativas castellanas del vocablo inglés 'impeachment' las siguientes expresiones: 'Proceso de destitución, procedimiento de destitución, juicio político, juicio de desafuero o proceso político' (LA PATRIA, 19/4/2016). 'Impeachment' ('acusación, enjuiciamiento; puesta en tela de juicio, censura') es la acción del verbo inglés 'to impeach', que quiere decir 'acusar, encausar; recusar (una evidencia o un testigo), poner en tela de juicio'. Coloquialmente, como nosotros decimos, 'hacerle a alguien el cajón', dicho aplicable a lo que están tramando contra la señora Rousseff. Lo enseñado por la Fundeu es, de acuerdo con esas nociones, lo apropiado, pero su conclusión es claudicante: “De optarse por la palabra inglesa, recomienda escribirla en cursiva o, en su defecto, entre comillas”. ¿Por qué? No hay ninguna razón que justifique su empleo, así sea en caracteres griegos o chinos o en jeroglíficos, puesto que, no sólo el castellano tiene muchas palabras y locuciones, muchísimas, que expresan lo que el término inglés quiere decir, sino que no todos los que leen periódicos entienden ese lenguaje. De aquí en adelante, y para darles gusto a los esnobistas de turno, en lugar de 'sancocho', digamos 'stew'; y, en vez de 'papa' y 'tomate', 'potato' y 'tomato', que unos pronuncian 'potato' y 'tomato' y otros 'poteito' y 'tomeito'. Dejemos estas tonterías, y escribamos castellano.
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Con terronera, como se lo dije a mi fuente, consulté la Nueva gramática de la lengua española para cerciorarme de la irregularidad del verbo 'consolar', pues la 'rectora' de nuestro idioma ya se la había quitado al verbo 'asolar' con su significado de 'destruir, arruinar, arrasar'. Descansé cuando lo vi en la lista de los irregulares, de los que se conjugan como 'contar'. No es, pues, de extrañar la extrañeza del señor Humberto Moreno al leer este pie de foto de El Tiempo: “El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consola a una mujer en la afectada región de Pedernales...” (Primer Plano, 20/4/2016). “...Rafael Correa consuela...”, ya que el verbo 'consolar' sigue siendo irregular. ¿Hasta cuándo? ¡Hum!
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Cuando las autoridades 'reconstruyen' un crimen y un accidente, los 'simulan' de alguna manera, y lo hacen basados en las observaciones de los expertos y las probables circunstancias que los rodearon para tratar de determinar las causas que los produjeron. Operación esta que no es posible realizar con un 'daño', pues su representación no sólo es inútil -sus causas son conocidas-, sino también impracticable, muy especialmente de los daños causados por una avalancha o un terremoto. Este imposible lo consiguió LA PATRIA en la siguiente declaración: “...para apoyar al Gobierno ecuatoriano en (...) y la posterior reconstrucción de los daños” (Editorial, 19/4/2016). Algunos 'daños', según la naturaleza de cada uno de ellos, se pueden 'reparar, arreglar, remendar, reorganizar, sanear', porque sabemos muy bien que hay 'daños irreparables', como tantos causados por las acciones terroristas de las Farc y del Eln. En el caso de un terremoto, debe hablarse más bien de “la reparación de los daños causados, mediante la reconstrucción de edificaciones y carreteras”. La diferencia, me parece, es sutil, pero que la hay la hay.
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