Nosotros tenemos un régimen presidencialista. Sin lugar a dudas el presidente es un rey. Ante las grandes necesidades y la falta de recursos en las regiones, todos los gobernantes locales e incluso la comunidad en general, ven al Presidente de la República como al gran salvador.
Antes de que llegara a la presidencia Álvaro Uribe, los presidentes gobernaban por cuatro años; éste se dejó tentar por un grupo de amigos y promovió una reforma a la Constitución, que un consejero suyo llamó como la modificación de un "articulito". Gracias a este articulito que fue aprobado por el Congreso en un trámite cuestionado, logró que pudiera ser reelegido para el período inmediatamente siguiente. Esta reelección la obtuvo con un triunfo holgado y sin necesidad de acudir a una segunda vuelta.
A Uribe en su primera administración le fue bien, logrando entre otras, generarle confianza a la comunidad y permitiendo que se pudiera volver a visitar el campo y transitar por las carreteras sin mayores temores. Su segunda administración ya fue más cuestionada; sin embargo, llegó a pensar que podría tener una tercera administración. Para su reemplazo le dio el aval a un coequipero suyo, el doctor Santos, pero después de su posesión le quitó su apoyo y se convirtió en su más fuerte opositor. Hoy en día está impulsando la candidatura a la presidencia a un coterráneo nuestro, el doctor Óscar Iván Zuluaga.
En menos de ocho días serán las elecciones presidenciales y se tiene cinco candidatos. A finales del año no se tenía ninguna duda que el presidente Santos iba a ser reelegido. Santos es de los pocos colombianos que mejor se preparó para ser presidente. Fue ministro de varias carteras, desempeñando estos cargos con lujo de detalles. Igualmente, no tengo ninguna duda, de que en medio de las dificultades de nuestro país, ha sido un buen gobernante. Con todo lo anterior, complementado con el poder que le da el ser presidente la distancia que tenía en las encuestas con sus rivales cada día se acorta más. Tanto que ya algunas de ellas dicen que existe un empate técnico entre Santos y Zuluaga. No hay ninguna duda de que tendremos segunda vuelta el 15 de junio.
Esta campaña presidencial solo vino a calentarse con una serie de ataques y denuncias ventiladas en los últimos días. Finalmente prendió motores. A principios del año la discusión era sobre si habría o no segunda vuelta, porque no había ninguna duda de que la mayor votación la tenía Santos, posteriormente las encuestas empezaron a mostrar que el rival más fuerte del presidente era Peñalosa y con el paso de los días este cayó en su imagen y subió Zuluaga.
Ambos candidatos son buenos. Santos, como lo dije anteriormente, ha sido un buen gobernante y Zuluaga también tiene sus méritos y capacidades para desempeñar el cargo, y para nosotros los caldenses tiene una especial importancia el hecho de que, por fin, podamos llegar a tener un presidente de nuestra tierra. Con lo que no estoy de acuerdo es con las actitudes del expresidente Uribe. Su oposición ha dejado de ser reflexiva y constructiva para ser totalmente contraproducente para el país. Se distanció muy rápidamente de Santos y estoy seguro que si llega Zuluaga a la Presidencia, muy rápidamente van a tener dificultades, porque por muy cercanos y amigos que sean el presidente va a ser Zuluaga y, finalmente, es el que tendrá que firmar y poner el pecho. No hay dos personas iguales en el mundo y no se puede gobernar en cuerpo ajeno y Uribe ha demostrado con creces que es muy difícil de manejar.
No estoy de acuerdo con el cambio del articulito que se hizo. Con el cúmulo de necesidades que tenemos, un presidente en campaña se vuelve presa fácil para que lo bloqueen y lo chantajeen. Eso es lo que le está pasando actualmente al Presidente Santos. Si no existiera la figura de la reelección inmediata, estoy seguro de que no tendríamos los paros que se están dando y no se estaría negociando bajo presión, con todos los riesgos que esto implica. Además, la reelección ha traído consigo que tanto Santos como Uribe -en su primer mandato- han destinado sus dos últimos años de mandato en dedicarse en obtener su reelección. Valdría la pena que se volviera a modificar el articulito y se acabara con la reelección inmediata del Presidente de la República.
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