Cine  de hoy

Twitter: @leonardopineda

“Conquistaste mi mente,
es necesario que conquistes también mi corazón”

Mirando no solo la cartelera actual, sino los próximos estrenos de las salas locales, no acaba uno por entender qué es lo que lleva a los programadores de Cinemark y Cine Colombia de privar a los espectadores de nuestra ciudad de  películas tan buenas como la que voy a reseñar y que ya puede verse en el resto del país. Esa falta de criterio a la hora de darle al espectador manizaleño una buena dosis de cine y reemplazar el espacio con películas tan poco emocionantes parece ser una constante. Luego pasa lo que vivimos en otras oportunidades que dejan pasar los buenos filmes y luego esos son los taquilleros y premiados en el resto del mundo. Entonces a excepción de  Los juegos del hambre  e Interestelar, no tenemos títulos tan interesantes en cartelera como la nueva película de Woddy Allen. 

  Magia a la luz de la luna   ( Magic in the moonligh t) es la nueva comedia r o mántica protagonizada por Colin Firth y Emma Stone, que cuenta con un excelente reparto de apoyo a estos dos actorazos que se lucen sin grandes pretensiones en sus papeles tan básicos y sencillos, que los hacen creíbles y cercanos. Desarrollada en los años 20 en la Costa Azul francesa la película está  enmarcada de una belleza inevitable proporcionada por el azul Mediterráneo, unas locaciones  escogidas con lupa y una puesta en escena que no deja nada que desear. El vestuario es original de la época, las mansiones son reales y la película fue filmada con técnicas antiguas, que sin efectos especiales y con esa sinceridad absoluta a  la historia hacen que uno pase un momento mágico, transportándose en el tiempo como en Medianoche en París. Un ilusionista es contactado para desenmascarar una vidente que tiene obnubilada a una familia rica, tanto así que el heredero de la misma piensa casarse con ella. Esa es la trama, con todos los matices que a la misma le puede dar el siempre genial Allen, es suficiente para que el tiempo pase rapidísimo en un una historia que algunos no admiradores del director encuentran supuestamente lenta. Pero esa lentitud es necesaria, es la que permite enmarcar cada personaje y cada contexto, además ambientándose con una música ensoñadora.

La señorita Stone se ve más bella que nunca, la naturalidad con la que actúa y al mismo tiempo su postiza representación de vidente, la hacen hilarante y honesta. El cinismo del personaje del señor Firth es un retrato maravilloso del mismo Woody Allen, adentrándonos en su filosofía existencial, desesperanzadora y sarcástica. Una película que los entusiastas seguidores del neoyorquino verán con agrado y cariño, mientras que los no seguidores la encontraran divertida y sencilla. El guión es impecable, muy bien escrito, con frases y reflexiones dignas de ser guardadas en la memoria. Una película mágica, de las que sólo hacen los genios del séptimo arte  y que ya casi no vemos en el cine de hoy.