Cine de hoy

@leonardopineda

"Cuando mires el cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas,

como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas"

La literatura siempre ha sido un referente a la hora de contar historias en el cine, cada película se constituye a partir de un guión literario, cada película entonces es un libro que se ha contado primero en palabras y luego en imágenes. Lo contrario se da cuando lo que hace el director es contar la historia a partir de un texto ya escrito, es cuando el lector ya se ha imaginado los personajes y escenarios del libro que ha leído y que luego debe enfrentar en las imágenes que le son entregadas. Muchas veces el matrimonio entre cine y literatura se ve acompañado de múltiples problemas, sobre todo por la dificultad que se crea al no complacer el gusto de los múltiples lectores con lo que el director ha plasmado en su película. Los descontentos son innumerables, desde la misma adaptación al guión hasta por la escogencia de un casting, que aunque haya sido cuidadosamente estudiado, no logra captar las generalidades de ciertos personajes. Aunque se tengan ejemplos de castings maravillosos en los que uno ve al actor o a la actriz personificar de manera tan acertada lo que el escritor le había entregado a nuestra mente. Sin embargo, enfrentar un clásico como El principito, que de por sí ya es conocido por los dibujos con los que su autor planteaba la historia, es un reto innegable.

La nueva versión que se encuentra en las salas locales de este maravilloso cuento dirigida por Mark Osborne sobre el guión de Irena Brignull respeta de manera única la novela de Antoine de Saint-Exupery, quien publicara este hermoso relato en 1943. Todo enmarcado en la bellísima música de Richard Harvey y Hans Zimmer y con una animación de calidad insuperable en dos formatos diferentes para la historia lineal y para el relato del cuento. Niños y adultos disfrutarán por igual la hermosa película y todos aquellos que desde infantes conocían este pequeño príncipe no podrán dejar de sorprenderse con el magnífico giro que la guionista le ha dado a la historia. Tanto el libro como esta, su primera versión animada, generan una serie de sentimientos maravillosos en el lector y en el espectador. Obviamente no es una historia infantil, es una historia sobre el amor, la búsqueda y la aceptación. Una historia donde los adultos no salimos muy bien librados por olvidar nuestra esencia infantil, pero que nos devuelve en el tiempo en que la sorpresa y el entusiasmo llenaban nuestra pequeña vida. Como dice la película "Lo importante no es crecer, sino no olvidar", eso es suficiente para retornar de manera tan significativa a lo que es verdaderamente importante, a lo que no se ve con los ojos sino con el corazón. Mi recomendación absoluta para que todos, niños jóvenes y adultos, se sumerjan en esta magia de arena, nubes y estrellas; en esa película que nos llevará de vuelta a el valor que como seres humanos tenemos y que nos da el derecho de soñar, amar una rosa y tener a ese pequeño sabio zorro como amigo. Una película tan trascendente que se quedará en el corazón de todos los que la vean y que para mí ha tenido un significado tan especial por todo lo que representa. Hermosísima!