Durante mi época de infancia, a aquellos hombres con rasgos afeminados se les llamaban “los voltiaos”. Hoy, otras expresiones acompañan su realidad y en verdad me alegra que se hable por todos lados de temas de sexualidad y educación, así no sea con la profundidad esperada, pero peor es nada. De lo que se ha dicho, que al menos nadie niegue la existencia de los gays, homosexuales y lesbianas ya es un gran avance; llegué a pensar que muchas personas todavía creían que el sol giraba alrededor de la tierra.
Hay mucha tela de dónde cortar, por ejemplo, según Germán Puyana (La Homosexualidad en el Hombre, 2012) cuando en el siglo XIX surge el término homosexual (Alemania), para superar al de sodomita, el mismo tiene sus notables diferencias al del contemporáneo gay de la USA de los 60, y que por cuestiones de espacio no es posible explicar. En las recientes protestas con altos sesgos homofóbicos, me preguntaba: ¿sabremos de qué se está hablando? Los procesos de construcción de ciudadanía implican conocer el contexto y la historia del desarrollo social de la sexualidad en nuestro municipio.
Nada más oportuno que revisar nuevamente la magistral ponencia de Gabriel Gallego, decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U. de Caldas, durante la Cátedra de Historia Regional de Manizales 2015, “Historia de la (homo) sexualidad en Manizales 1921-1985” la cual puede ser vista a través del vínculo https://www.youtube.com/watch?v=f0TkBf4wdto o en el libro que se publicó para el efecto. Este recorrido por la historia local nos lleva a la primera obra homoerótica escrita en Colombia (1932) por el caldense Bernardo Arias Trujillo “Por los caminos de Sodoma”. Ya por los 70 el manizaleño Ebel Botero había escrito una columna en LP a la cual llamó “la homosexualidad no es una enfermedad” y publicó el libro “Homofilia y Homofobia, estudio sobre la homosexualidad, la bisexualidad y la represión de la conducta homosexual”, publicado en 1980 en Medellín, considerado uno de los primeros textos en Colombia sobre el tema.
Por su parte el médico Helí Alzate de la U. de Caldas, entre 1969 y 1982 entregó sus aportes al estudio biológico y sociocultural de la sexualidad, siendo considerado un pensador y autoridad en el tema a través de sus distintas obras. En lo que respecta a los lugares, por los 70 en el ingreso a lo que hoy es el barrio El Carmen, funcionó “Arenales” una de las zonas de diversión sexual más grandes de la ciudad, especialmente por dos de sus famosos travestis, “Estrella” (Nelson Hidalgo en su registro civil) quien fuera asesinada por “Medialuna” (llamada así por una cortada que le propinó a un policía en la mejilla, pues según sus palabras le “conejió un polvo”) de sendas puñaladas el 27 de septiembre de 1981, lo que traería consigo el marchitamiento de la zona. Posterior a este cierre “Toriles” y “El Burladero” trataron de llenar esos espacios durante un tiempo importante.
Ya en tiempos actuales, los bares “El Dollar”, “Country” y “El Closet” entre otros, y el mundo de la tecnología y sus aplicaciones Grindr (ellos) y Brenda (ellas) permiten los encuentros reales y cercanos entre estas personas que no son ni se sienten inferiores a nada ni a nadie. Qué bueno sería que la red de Universidades de Manizales SUMA, aprovechando la “oportunidad” y su estructura académica e investigativa creara un proyecto en torno a la educación y la sexualidad donde participen todos los ciudadanos, pero bajo tres pilares fundamentales: el conocimiento, la democracia y el respeto, entendido éste como aceptación y reconocimiento del otro.
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