Si le preguntan a un grupo de presidentes de bancos sus expectativas sobre el precio del dólar para el próximo año, seguramente sus respuestas vayan desde un precio inferior al actual hasta uno por encima de los $4.000. Y seguramente lo mismo sucedería si la pregunta la hacen a presidentes de empresas o a eruditos economistas.
Es decir, nunca habrá consenso sobre el precio del dólar para los próximos 3, 6 o más meses. Y lo que es peor, cualquier cálculo o pronóstico sobre el asunto va a resultar equivocado en la mayoría de los casos.
No obstante, la conversación en torno a dicho tema es recurrente en cuanta reunión de amigos se lleve a cabo. Siempre jugamos a los pronósticos y en la mayoría de los casos nos equivocamos. Y ello le sucede hasta a los más encopetados economistas de este país.
Pero como nunca dejaremos de ser testarudos y siempre estaremos apostándole a ‘adivinar’ el futuro del dólar, he aquí al menos dos herramientas de análisis que le pueden servir para tomar la decisión de vender los dólares que guarda con tanto esmero o también decidirse a comprar divisas con los ‘ahorritos’.
Para ello tenga en cuenta dos situaciones: (I) Lo que pueda suceder con la tasa de interés en Estados Unidos; (II) La evolución del precio internacional del petróleo. Tomar la decisión de comprar o vender dólares sin tener en cuenta al menos estas variables, a lo mejor no tenga sentido.
En relación con la primera, cabe la pregunta: ¿qué tiene que ver con los colombianos comunes y corrientes, el hecho que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) suba la tasa de interés de ese país? Pues para que lo sepa, más de lo que imagina. No olvide que cualquier estornudo o tos de la gran potencia, acá genera como mínimo un estado gripal muy fuerte, cuando no una neumonía.
Veamos el caso concreto. Hoy la tasa de interés estadounidense está en un rango del 0,25% al 0,5% anual. Sí, anual. ¡Atérrese! Ni siquiera el 1% en el año. Recuerde que en Colombia, el Banco de la República la fijó recientemente en 7,75% anual, motivado por la necesidad de frenar la inflación.
Pero resulta que en la última reunión de la FED celebrada hace dos semanas, la mayoría de ‘codirectores’ expresaron la necesidad de comenzar a subir paulatinamente la tasa de interés a partir de diciembre, hecho que de darse motivaría a los grandes inversionistas internacionales a empezar a llevarse sus dólares para Estados Unidos, haciendo que el precio de la divisa en Colombia y demás países de la región se encarezca.
Ahora bien, si hablamos del petróleo, no olvide que si su precio baja, el del dólar sube; y viceversa. ¿Por qué? Estados Unidos es el segundo productor de petróleo del mundo y a la vez el mayor importador del mismo en todo el planeta; y a ello agréguele que todos los negocios y transacciones de petróleo en el mundo se hacen en dólares. Por ello, muchos inversionistas de las grandes ligas internacionales invierten en petróleo o en dólares, dependiendo del precio de cada uno.
En fin. Combine todas las posibilidades de tasa de interés y precio del petróleo. Pero si después de hacer juiciosamente todos estos análisis no sabe aún si vender los ‘dolaritos’ o invertir sus ahorros en ellos, no se preocupe. Acá va una mejor manera y quizás aún más técnica para decidirse: tome una moneda y láncela al aire y escoja la opción de cara o sello. Le aseguro que tendrá menos probabilidad de equivocarse.
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