Darío Arenas Villegas
Con una clara finalidad social, fue creado hace 48 años el Hospital Geriátrico San Isidro por decisión de la Junta de Beneficencia de Manizales. El tratamiento de enfermedades de la tercera edad y la necesidad de adaptar un hogar para los ancianos carentes de recursos económicos, han sido los objetivos de esta institución desde su fundación. Su ubicación física privilegiada, el tamaño y calidad de las instalaciones, la atención que brinda a 115 ancianos, la habilitación de 50 camas para hospitalización y el impulso científico que ha generado en la especialidad de geriatría, al punto que existe desde 1986 un postgrado en esta área en la Universidad de Caldas, hacen de esta institución un verdadero patrimonio público de los manizaleños y los caldenses.
Desafortunadamente, la situación actual de la institución es crítica, a pesar de que en los últimos años ha habido un esfuerzo para que el hospital preste los servicios de salud que había dejado de suministrar, con el fin de lograr sostenimiento económico ya que los recursos públicos que recibe son insuficientes. Sin embargo, las conciliaciones y los incumplimientos en los pagos por parte de las EPS y la Alcaldía de Manizales, tienen al borde del cierre al hospital. Por un lado, de forma arbitraria los tratamientos geriátricos de la institución no son reconocidos por las EPS, situación que genera una disminución importante en el monto que finalmente pagan. Por otro, los largos tiempos que se toman estas empresas para pagar sus deudas (120, 180 y más de 365 días), generan que los gastos de operación mensuales de la entidad, estimados en 370 millones de pesos, no puedan ser cubiertos.
La deuda de las EPS Caprecom, Cafesalud, Saludcoop y Saludvida con el Hospital Geriátrico, asciende a 2.761 millones de pesos, recursos que serían suficientes para superar la crisis. A esto se le debe sumar la deuda de 535 millones de pesos que tienen la Alcaldía de Manizales y la Secretaría de Desarrollo Social del municipio con la institución. El pago de parte de la deuda, permitiría avanzar en esta difícil coyuntura, que tiene sin pago desde hace 3 meses a decenas de trabajadores y hace peligrar la permanencia de 22 empleados provisionales (médicos especialistas, enfermeras y auxiliares de enfermería) más allá del 30 de mayo, fecha en la que se vencen sus contratos.
Queda claro que la crisis actual no se ha generado por una mala gestión administrativa o por falta de alternativas para el hospital, sino a raíz del nefasto papel de intermediación que cumplen las EPS en el sistema de salud colombiano. La alcahuetería del gobierno nacional y la falta de firmeza de la administración municipal con estas empresas, han obligado a los directivos, empleados y pacientes del Hospital San Isidro a elevar su voz para alertar a la comunidad sobre el futuro incierto de esta entidad. El pago de las deudas de las EPS y las entidades públicas, la asignación de una parte de la población de la ciudad para recibir atención médica en la institución, el incremento de su presupuesto y alianzas institucionales, como la que se plantea con la Universidad de Manizales, permitirían darle largo aliento al hospital. Los manizaleños debemos cerrar filas en torno a la defensa de este patrimonio regional y no permitir que más hospitales públicos sean liquidados o privatizados.
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