UNO: James, así sin apellido, sin que corra peligro se le confunda, porque lo lean yeims y se suponga referencia a Lebron la estrella de los Cavaliers o cualquiera otro. Se trata del capitán de nuestra selección que, por obra de las circunstancias, se ve ahora en la necesidad de ganarse de nuevo un puesto en la plantilla titular del Real Madrid, sitio que le fue negado a lo largo de la temporada 2015-2016 que acaba de terminar. Mientras el Real mantenga el sistema 4 3 3 para alinear siempre a la BBC, esto es, Bale (Garet), Benzema (Karim) y Cristiano (Ronaldo) el medio campo solo tendrá tres integrantes, lo cual deja a James sin lugar pues de ellos, uno será un medio centro defensivo (Casemiro) y los otros dos volantes por izquierda (Kros) y por derecha (Modric) deben cumplir funciones defensivas y de enlace. Si bien es cierto James puede ocupar el puesto de Kros, no es menos cierto que su lugar ideal es de media punta por izquierda si se juega con un 4 4 2, como jugó con Ancelotti o por el centro o izquierda si se juega con un 4 2 3 1 como lo hace la selección Colombia de Pékerman. James no lució las veces que le colocaron en remplazo de Bale, porque recostado a la banda se pierden sus virtudes y en otras porque le dieron los minutos basura, pocos o cuando el partido está definido. Por el modelo de juego, no tiene puesto en la nómina titular y, dada la circunstancia señalada, quedarse para demostrar que es útil parece una apuesta arriesgada, mucho más cuando, como se demostró en la final de la Champions también dejó de ser primer suplente.

DOS. Desde siempre los emblemas son importantes en toda competición. Los equipos de fútbol se distinguen por sus uniformes, que no solo sirven para su reconocimiento en la cancha sino en el corazón del aficionado, por eso cada escuadra tiene uno que se confunde con el nombre mismo de la institución, aún cuando deban usar otro cuando como visitante se precise evitar que los contendientes se confundan, asunto ahora más exigente por las transmisiones en televisión, pero el Cali y el Nacional siguen siendo verdes, Millonarios azul, Medellín rojo, Junior colchonero y el Once Caldas blanco blanco. La Selección Colombia ha tenido varias equipaciones, pero desde hace unos años ha logrado fijar la camiseta amarilla como su principal distintivo con un arraigo total en la afición que cada vez que la selección compite puebla el ambiente con el color que distingue a su equipo, que en el escenario correspondiente convierte la tribuna en una verdadera ola amarilla. No se comprende entonces que, por decreto, la Federación decida que la camiseta de la Selección es blanca. A nadie se le ocurriría pensar que Italia cambie la “azurra”, o Francia la “blue”, México la verde, o España y Chile “la roja”. Da rabia ver la selección de blanco y la tribuna de amarillo.

TRES. Bienvenidas las reformas al reglamento aprobadas por la International board (94), especialmente suprimir el fuera de juego cuando el traspaso de la línea del último defensor la producía alguna de las extremidades inferiores o superiores del atacante; el triple castigo generado por la expulsión del defensor que cometía penal; la eliminación de la “paradinha” que daba una ventaja excesiva al cobrador del penal, el derecho a un cuarto cambio para los tiempos suplementarios y la utilización del video, el ojo de halcón especialmente para corroborar si el balón traspasa o no la línea de gol, que acerca un deporte centenario a la modernidad y los adelantos tecnológicos.  

Coletilla: El fútbol produce también hechos o afirmaciones grotescas. En la muerte del narrador deportivo Edgar Perea, para destacar su personalidad a alguien se le ocurrió señalar que era el autor de la famosa frase: “Junior tu papá”. Perea se hizo al querer de los colombianos por su pasión por el Junior y por la selección y por su maravillosa voz.