Vías en Bogotá no son autopistas
Señor Director:
Primero que todo debemos reconocerlo y afirmar hasta en voz alta que las pérdidas económicas y de tiempo por el problema de movilidad en el transporte general por las 2 vías principales de ingreso a la capital colombiana, llamadas flamantemente como "Autopista Sur" y "Autopista Norte" son incalculables y, a manera de ejemplo, podemos decir que un trabajador y también un conductor de un vehículo particular y de servicio público requiere diariamente de 4 horas para llegar a su destino y regresar a su lugar de vivienda.
En cuanto al nombre de "Autopista" es pertinente recordar, según la enciclopedia libre Wikipedia que "una autopista es una vía terrestre demasiado rápida y segura y admite un volumen de tráfico considerable, con una serie de características que la diferencian de una carretera normal".
Aunque parezca muy difícil de entender, las 2 vías más importantes de la ciudad, al norte y sur de la ciudad capital colombiana, que sirven para el ingreso de miles de personas, reciben el fastuoso nombre de "Autopistas", pero en la práctica son ni más ni menos las peores vías de ingreso a Bogotá por sus permanentes trancones.
Lo más lamentable es que esta situación afecta a la mayoría de los habitantes de Bogotá y también a las personas que visitan la ciudad en calidad de turistas.
Este problema es casi permanente, pero aumenta en las horas pico, en los puentes festivos y todos los fines de semana. También para el ingreso a la capital colombiana, para las personas provenientes de todas las ciudades y poblaciones del norte y sur del país, se requiere de más de 3 horas.
En el caso concreto de la vía al sur bogotano, la situación de escasa movilidad, se puede constatar en la entrada principal al municipio de Bosa y la Avenida Boyacá, tramo de más de un kilómetro de extensión y donde se registra la mayor congestión vehicular debido a que existen demasiados semáforos.
Entonces, a la vista está que la capital colombiana carece de vías que merezcan el calificativo de "Autopistas" y los 9 millones de habitantes, al igual que sus visitantes, anhelan que la administración de la "Bogotá Humana" haga algo en forma inmediata para acabar este grave problema de pésima movilidad...
Jorge Giraldo Acevedo
El bambuco II
Señor Director:
José María Vergara y Vergara (1831-1872), autor costumbrista y poeta, escribió sobre el bambuco: "Se toca en la bandola, y es... ¿qué podemos decir qué es? Las primeras tentativas del amor que sueña; las primeras tristezas; la alegría del encuentro; el atrevimiento de un beso; el dolor de una despedida; la vuelta a la patria; el encanto del hogar, a la sombra de un gualanday en una noche de luna: Todo eso se deletrea y se suspira en un bambuco.
Su patria es el campo; su vestido, es la ruana; su casa una bandola, y busca un corazón de mujer a la media luz de las estrellas. Donde ve montañas, dice: Por aquí paso; donde mira valles, canta: ¡aquí vivo! No lo atemorizada el valle frío, pero su verdadera patria es el valle de la zona tórrida... La danza del bambuco es enteramente original, su música es singular y en fuerza de su mérito y de su poesía se ha convertido en música y danza nacional".
En un escrito anterior sobre el bambuco La Guaneña, que se inicia: ¡Guay que sí, guay que no!, y con la ayuda de la Página del Idioma Español, vamos a explicar el término "guay" que es una expresión muy popular en algunos países americanos, pero presente en toda la historia del castellano; proviene del latín vulgar "uai" y este del latín clásico "vae" o "uae", "ay, lamento". La expresión ¡Vae victis! , ¡ay de los vencidos! que Tito Livio atribuye al jefe galo Breno, al aumentar con su espada el peso del oro que los romanos deberían pagar para libertar una ciudad.
La forma "gu" indica influencias germana, la misma en que se apoya la Academia para recomendar la grafía "güisqui" en lugar de whisky. Algunas décadas antes de la caída de Roma, diversos grupos germánicos (vándalos -alanos-suevos-visigodos) invadieron la península Ibérica, la cual fue a la postre conquistada y dominada por los visigodos, los cuales se asimilaron a la sociedad hispanorromana y adoptaron su lengua, religión y costumbres, dejando una impronta en formas y combinaciones fonéticas y vocablos de las lenguas protorromanas que se hablaban por entonces en esa región.
Nombres españolísimos como Gonzalo, Fernando y Elvira tienen origen germánico. El "vae" latino provenía, a su vez de la palabra indoeuropea "wai", una interjección de "congoja", que echó raíces en el inglés literario "woe", "tristeza, aflicción" y en "woes", "males y penas". La voz indoeuropea se encuentra también en el origen del inglés "wail", "llorar- gemir". La voz latina: "Vae soli", "desgraciado del que está solo", refiriéndose a la situación del hombre aislado, librado a sus propios recursos.
"El enterrador", bambuco colombiano, cuya letra se le atribuye a Victoriano Vélez, caldense de pura cepa. Jorge Añes en su libro "Canciones y recuerdos", le atribuye la letra a Julio Flórez y la música y al bogotano Luis Romero. La primera grabación de este bambuco se debe al dueto Pelón y Marín. En España, este bambuco se transformó en "cante jondo" interpretado por Angelillo en la canción "La hija de Juan Simón" que dice: Enterraron por la tarde/ a la hija de Juan Simón/ y era Simón en el pueblo/ el único enterrador/...
Pelón Santamarta, seudónimo de Pedro León Franco (Medellín 1857-1952), compositor y cantante, hizo parte de varios duetos famosos, entre ellos Pelón y Marín, que grabó el primer bambuco del mundo, "El enterrador", de Discos Colombia en 1910. Pelón es el autor de la música de "Antioqueña" y se le atribuye el haber llevado el bambuco a Antioquia.
Gentil Bustamante, compositor caldense, nacido en Manizales en 1900, es autor del bambuco "El alfilerillo", luego Tartarín Moreira, según Hernán Restrepo D., le cambió el nombre por "Medallita" y dice "Ayer fue un día de esos negros días/ en que tú recuerdo me quiso matar;/...encontré clavado como una ilusión y, un alfilerillo, que apenas se toca/...
La muerte de Carlos Gardel, ocurrida en el aeropuerto Olaya Herrera el 24 de junio de 1935 creó un sentimiento tangófilo que es igual o quizás superior al del bambuco; sin embargo, dentro del comportamiento psicológico del paisa, el tango es la cara opuesta del bambuco. Si éste representa la estabilidad del hogar, la vida idílica patriarcal, la novia ideal, el canto de las aves y de la casita blanca, aquel es la otra cara de la moneda que es cuando se relajan los lazos patriarcales y nace el matriarcado del prostíbulo. El tango es evasión familiar, licor, parranda y barriada.
Fernando García Cuartas
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