Existe, hoy en día, la costumbre de sospechar de todo lo que exhale religión, hay una legión de opinadores que les fastidia cualquier manifestación religiosa.
Es insulso pensar que posar de agnóstico o de ateo da una categoría de cierta prestancia intelectual. Como también raya con la discriminación pensar que las personas que somos religiosas estamos por debajo de este tipo de pseudo-intelectuales.
Leo con frecuencia la insinuación que los creyentes, por ser creyentes no deberíamos hacer pública nuestro compromiso con Dios; hay que aclarar que confesar una fe o pertenecer a una religión no es meramente un asunto privado, la religión hace parte de la cultura y por lo tanto, toda manifestación pública, a no ser que viole la libertades de otros, debe ser respetada y defendidas por el estado.
No se qué sienten tantos que se jactan de ateos cuando ven que las manifestaciones religiosas pululan, y que es imposible atajarlas, no es simplemente el procurador quien reza, lo hace el medallista olímpico, el jugador de fútbol y el protagonista de novela. Creer no es una cuestión simplemente subjetiva hace parte del mundo en que vivimos y por lo tanto no puede ser solo respetada si no valorada.
O acaso la verdad no es la verdad independiente de quien la diga, o es que las verdades universales dejan de ser verdad por que estén escritas en el Corán, la Tora o en un pasquín ?
Decía el activista Norteamericano Malcom X
“Estoy del lado de la verdad, no importa quién la diga. Estoy del lado de la justicia, no importa para quien ni contra quien. Soy un ser humano, primero y fundamentalmente, y como tal estoy del lado de todo aquel y todo aquello que beneficie al conjunto de la humanidad”
Quienes abogan por un mundo laico deben saber que este difiere abismalmente ser un mundo laicista. Combatir la religiosidad de la misma manera inquisidora, como muchos hombres en nombre de Dios lo hicieron en el pasado, lo único que provoca es fanatismo y murallas que difícilmente puedan ser derribadas. Se nos acusa de ser unos "dictadores de la moralidad" y ridículamente nos combaten con otra dictadura, al menos, en eso deberían ser originales.
Si no se puede citar la Biblia en una sentencia judicial entonces que no se cite a Cicerón, ni a Platón, ni tantos otros que pertenecían explícitamente a religiones Politeístas
Claramente debo decirles a todos los deicidas (asesinos de Dios) que El sigue gozando de muy buena salud.