CARLOS HERNÁNDEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Paulo Laserna responde fácil y parece andar sin las presiones a las que se ven sometidos, cada semana, los concursantes de Quién quiere ser millonario, programa que presenta desde hace 13 años. Para esta temporada pasó a RCN, después de 12 años en Caracol, donde también fue presidente de la empresa.
Su abuelo estuvo casado con una manizaleña. "De ahí mi amor por esta ciudad", asegura el también periodista, que hace una semana estuvo de paso por aquí acompañando a su novia, la presentadora Alexandra Pumarejo.
El cambio
-¿Por qué el cambio de canal?
Caracol decide devolverle a Sony el formato, que tuvo por 12 años. Sony es accionista de Teleset, y Teleset se lo ofrece a RCN. Hacen un concurso de presentadores y escogen a algunos finalistas entre los que estuvieron el exvicepresidente Francisco Santos, Andrea Serna... Pero alguien sugiere que, en vez de ensayar, escojan lo que había funcionado. Me llaman y digo que sí. Quiero aclarar que antes de ser presidente de Caracol ya era el presentador del programa. Cuando me ofrecen la presidencia pido que me dejen el programa, pero me responden que eso no estaba bien visto. Pregunté por qué, si en Venezuela el presentador era el presidente de Radiocaracas. Entonces ensayemos y me quedé 12 años.
-Usted le ha dado un toque muy personal al programa. Uno lo ve serio, luego hace miñocos, interactúa con la gente... ¿Asume un personaje cuando graba?
Así soy yo. Lo único es que me visto mejor. Usted rara vez me ve encorbatado, tan formal. Porque soy payaso, tomo el pelo y, como usted dice, hago miñocos.
-En Colombia nos acostumbraron a franjas de entretenimiento que excluyen la esencia de lo que tiene Quién quiere ser millonario. ¿El programa se mantiene por rating o porque alguien en la empresa siente la necesidad de contar con un espacio que le deje algo a la gente?
Es un formato muy exitoso en el mundo, comprobado en casi 140 países, que tiene una combinación entre educativo y de apuesta de plata. La gente que se sienta a concursar no lo hace porque sabe, sino porque sabe y quiere plata por lo que sabe. Usted en su casa juzga si el participante es bueno, regular o malo, pero también dice: "Yo me ganaría esa plata si concursara", o "si yo fuera allá, no me ganaría nada".
-¿Qué es lo que más le gusta?
Que mientras en el colegio cualquier nerdo es un imbécil, todo el mundo lo rechaza y se burlan de él, aquí la gente vale por lo que sabe. El programa es la reivindicación del pilo. Eso le hace falta a un país como este en el que prima la cultura del vivo. Además se puede jugar en familia. Si se sientan los mayores y los niños, todos pueden disfrutarlo. Esa combinación de riesgo, plata, conocimiento, e incluso humor, le da esa atracción que lo ha mantenido vigente por 13 años.
- ¿Las mediciones de audiencia han definido un televidente promedio?
Hay de todos los segmentos, pero tal vez sean más los mayores de 30 años y los jóvenes de 18 hacia abajo. A los jóvenes les divierte probar si saben o no, y existe un poco el gusto por la plata. Los mayores quieren foguearse. No en todos los concursos la gente juega desde su casa, pues en muchos gusta ver lo que se hace, entretenerse y relajarse. Aquí usted está jugando.
-¿Cuántas personas se han ganado el premio mayor?
Desde que el formato llegó a Colombia, tres. Dos adultos y un niño de Belalcázar (Juan Darío Jaramillo Sánchez). Nunca fui allá porque en esa época no se podía. Él se ganó un bus que llevara a estudiar a los niños de las veredas.
-¿Les ha seguido el rastro a las otras dos personas?
No. Uno era un señor mayor, ingeniero; y el otro, un muchacho de de 19 años que se parecía mucho al personaje de la película (Slumdog millionaire, basada en el concurso), pues sabía las respuestas por situaciones que había vivido. Su historia coincidía con las preguntas. Era un pelado bastante rebelde, pero muy hábil.
-¿De niño soñó con ser millonario?
No. Y no me gustaría. El exceso de plata trae muchos problemas. Lo que nunca me imaginé fue que iba a presentar un concurso, porque toda la vida me preparé para el periodismo convencional. Llegar a un concurso significaba un cambio muy grande. Cuando me ofrecieron ser presentador, dije que no. No era simpático ni bonito ni buen conversador. Me preguntaron: "¿usted qué cree que es?", y respondí: "Creíble". Me dijeron: "eso es lo que queremos".
-De las ayudas que les dan a los concursantes, ¿en cuál confía más?
La única realmente confiable es el 50-50 (eliminación de dos de las cuatro posibilidades de respuesta). Las llamadas al amigo y la ayuda del público tienen siempre un riesgo de equivocarse. Usaría el 50-50 si tengo medio idea. Si no, no sirve para nada. Es que es más fácil adivinar entre dos que entre cuatro.
El horario
Quien quiere ser millonario se emite los domingos en el canal RCN a las 9:00 de la noche.
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