CARLOS MARIO VALLEJO
LA PATRIA | MANIZALES

De no ser por la lesión que alejó de por vida a Nadia Comanechi de la gimnasia olímpica, la periodista bogotana Camila Zuluaga no estaría hoy frente al micrófono, sino dando saltos en el caballete o suspendida de cabezas sobre la barra de equilibrio.
Ella cuenta que tanto le impresionó a su madre dicha lesión, que decidió que el deporte no sería su futuro, aunque le hubiera gustado. Camila Zuluaga, periodista de La W Radio, estuvo en la ciudad el pasado fin de semana orientando un seminario sobre radio en vivo en la Universidad de Manizales.
Doña Camila o señora Camila, como la llaman algunos de los oyentes que hacen sus denuncias a través del programa que dirige Julio Sánchez Cristo, se destaca por su carácter recio, su agilidad mental y su manera de enfrentar a los entrevistados, como cuando cuestionó, al aire, al expresidente Álvaro Uribe sobre si realmente desconocía la corrupción con la que se relacionaban a sus colaboradores cercanos, y que le valió un airado "a mí me respeta" de parte del exmandatario.
La joven periodista, egresada de Ciencias Políticas de la Universidad de los Andes, también deja ver su lado jovial, amable y no es difícil sacarle una sonrisa. Desde muy joven se vinculó a la televisión, y cuenta que siempre ha permanecido muy ocupada, lo que le ha permitido a los 27 años escalar en los medios de comunicación. Estuvo casada con el periodista Antonio Casale, con el que aún mantiene buenas relaciones; ahora su corazón se divide entre su nuevo novio, su familia y Ramón, su perro pug inglés.
Zuluaga, quien también es reportera de El Espectador, columnista del periódico El Pueblo de Cali y conductora del programa Puntos Cardinales de Claro, habló de periodismo y otros temas con LA PATRIA.

- Sus detractores dicen que usted ha llegado donde está por contactos, ¿Qué tiene que decir al respecto?
He llegado donde estoy porque aunque estudié ciencias políticas, siempre quise ser periodista. También he contado con una dosis de suerte. Esto se debe más a que he hecho sacrificios que alguien de mi edad no haría normalmente, como la rumba o no salir los fines de semana, o por ejemplo, levantarme a preparar programas a las 3:30 de la mañana.

- Algunos califican a los periodistas de La W como vedettes del periodismo…
No me considero una estrella o vedette del periodismo. Sí, hablan de nosotros como si fuéramos superestrellas, pero creo que la credibilidad no la da estar en un medio o con personas reconocidas, sino el trabajo serio y el esfuerzo con el que se labora.

- ¿La persiguen mucho los lagartos?
No soy nadie como para que me estén persiguiendo este tipo de personas.

¿Algún hit periodístico que se haya apuntado?
Trabajé mucho en el caso de los Nule, tanto que ellos dicen que es gracias a nosotros que están en la cárcel. Incluso han hecho campañas en mi contra.

- ¿Cómo han capoteado el caso de Pacific Rubiales, dicen que La W publicó información favorable en el caso de explotación a sus empleados, por ser anunciante de la emisora?
Haciendo un debate serio entre los periodistas de La W y hablando con la verdad acerca de quiénes patrocinan a los medios en el país. ¿Cuáles medios grandes no están patrocinados por poderosos grupos económicos? Ninguno. Pero solo nos critican a nosotros.

- ¿A cuáles periodistas sigue?
Creo que es obligación leer a Daniel Coronell. También leo a Ramiro Bejarano, en general leo a todos los columnistas de opinión. En el plano internacional, destaco a Carmen Aristegui, que es más de televisión y a Elena Poniatowska, ella sí del género escrito.

-¿Cuál columnista nunca leería?
A Saúl Hernández Bolívar, de El Tiempo.

- ¿Critican a los periodistas de denuncia e investigación porque su trabajo lo hacen por ego?
Creo que todo el mundo tiene su ego, y eso puede ser cierto. Pero no por eso deja de ser relevante el exigir la rendición de cuentas a los gobernantes. Esta obligación la definió el politólogo Enrique Peruzzotti como: accountability.

-¿Alguna embarrada que recuerde al aire?
No es por creerme perfecta, pero no recuerdo. Ah, tal vez una cuando empezaba: dejé el micrófono al aire y se escuchó lo que estábamos hablando.

La cifra

143 mil 213 seguidores tiene en la cuenta de Twitter Camila.

"Así no nos guste reconocerlo en las provincias, lo que sucede en Bogotá es importante para el resto del país".