No la sudan, pero sí que la lucen

Domingo, Junio 15, 2014

Sea con una camiseta original o no, los manizaleños han mostrado un gran interés por apoyar a la Selección Colombia. La prueba: el aumento en la venta de camisetas de la tricolor.

"Ese jugador no siente amor por la camiseta". Cuántas veces no ha escuchado ese comentario de algún aficionado al frente de un televisor o en la tribuna de un estadio. Pero al parecer la mayoría de los 47,7 millones de colombianos sí siente ese amor por la camiseta de la tricolor o por lo menos eso se ve en la calle al ver a miles de ciudadanos luciéndola con orgullo.

En los almacenes donde la comercializan en Manizales aseguran que las ventas han subido en un 500%. Jorge Álvarez, comerciante del almacén Ponte la Camiseta, indica que pasaron de vender cuatro o cinco camisetas al día a 120. Los precios oscilan desde $25.000 y $50.000.

"Hay confección nacional e importada. En las últimas semanas se han vendido más para niños que para adultos. Es que la pasión por la Selección la sienten hasta los más pequeños".
Igual piensa Gloria Giraldo, quien labora en Memo Estampa. El pasado miércoles debía decirles a las mamás y papás que llegaban preguntado por una camiseta de la tricolor para sus hijos, que debían volver el viernes porque estaban agotadas.

"Es que se están vendiendo como pan caliente desde noviembre. Muchos la obsequiaron de regalo de Navidad. En esa época vendíamos 60 por día. Ahora, 120".

La original en versión Climacool cuenta con zonas de ventilación que brindan beneficios en diferentes situaciones climáticas a quien la usa, manteniéndolo fresco, seco y cómodo. Además, está diseñada anatómicamente para que el aire pase a través de ella, generando un sistema de ventilación permanente. Tiene un valor de $169.900, mientras que la versión con la nueva tecnología Adizero se caracteriza por pesar tan solo 100 gramos y, por ende, generar menos carga a quien la usa. Está desde $274.900. Esta nueva indumentaria salió a la venta apenas el 21 de febrero, pero a la tienda Osly Adidas llegó hace un mes y está agotada.
Juan Pablo Valencia, quien atiende este local en el centro comercial Fundadores, comentó que vendían siete camisetas por día.

También están los costureros, donde las bordan y confeccionan a su gusto. Carlos Restrepo, junto a su familia, las produce por encargo, según él, la competencia con las chinas es muy dura. Mientras nosotros vendemos cada camiseta en $40.000, las importadas de oriente cuestan en la calle $10.000. La que nosotros hacemos es de mejor calidad, además si el cliente quiere, se la marcamos a su gusto".

Pero, ¿de dónde surge ese amor por la camiseta que suele ser desinteresado e irracional, que parece un amor incondicional? Solo es ver cómo un hincha la abraza y le chanta un beso al escudo, pareciera ser más que un objeto, algo trascendental en este momento en la vida de los colombianos.

El sociólogo Jorge Ronderos Valderrama explica que la camiseta de la Selección Colombia hace parte de la sociedad de mercado de la ley de la demanda y de la oferta.

"Básicamente la demanda de cualquier cosa está asociada a las emociones y gustos, lo que influye de alguna forma en ciertas modas, ciertas situaciones, manifestaciones del deseo de que la Selección sea campeona mundial. Existe una identificación con el equipo en un país en el que vivimos dificultades como el conflicto armado. La alegría es algo importante y obtenerla nos la da el fútbol".

El sociólogo Santiago Gutiérrez va más allá. Expresa que el consumo de masas logra arrastrar incluso a las personas que se declaran indiferentes. "La lógica de consumo actual se manifiesta de forma masiva, es decir, la cantidad logra generar más cantidad solo por crear la necesidad en la gente de homogeneizarse".

Lo único claro es que millones de aficionados empujados por el sentimiento de ver ganar a la Selección Colombia se ponen la camiseta de la tricolor sin saber qué les deparará el destino al término de los 90 minutos del partido jugado.