Las peleas de pareja afectan la salud mental de los hijos

 A los hijos se les debe enseñar que los problemas se resuelven con inteligencia y no con violencia. También se les debe ofrecer herramientas para sobreponerse a las adversidades.

Si usted es de las personas que por lo general discute con su pareja frente a los niños, probablemente no se ha percatado del daño emocional y sicológico que les está causando. Los conflictos dentro del hogar suelen dejar huellas imborrables que permanecen en su subconsciente y los afectan de por vida.

Esta situación estresante hace que el niño o adolescente desarrolle una serie de comportamientos que afectan su relación con el entorno, pueden ser agresivos, individualistas, introvertidos, resentidos o depresivos.

Se ha demostrado que los niños o adolescentes que están expuestos a constantes conflictos en su casa, tienen problemas para identificar y controlar sus emociones.

Laura Marcela Soto González, sicóloga y especialista en Familia, asegura que pueden presentar varias secuelas cuando se discute frente a los hijos. “Una de ellas, como sabemos por Albert Bandura, es el aprendizaje por observación y el aprendizaje social”.

La sicóloga argumenta que en esta teoría se demuestra que los niños aprenden viendo y pueden repetir este tipo de comportamiento que se evidencia en el hogar, por eso en muchas ocasiones se ven niños belicosos, o que ante cualquier situación de estrés responden con gritos o se exaltan con facilidad.

Lo preocupante del caso es que los niños aprenden que con las discusiones consiguen ciertos objetivos, lo que los puede llevar a un estado en donde el conflicto es indispensable en su bienestar, si no pelean no están contentos.

Según la revista ‘Desarrollo y Psicopatología’, la exposición a las discusiones u otras situaciones de estrés en la casa influyen en el desarrollo cognitivo y conductual de los niños, porque no pueden concentrarse con facilidad, no controlan sus emociones y se frustran ante cualquier inconveniente.

“Aprenden a tener un sistema conflictivo, poco tolerante a la diferencia del otro. Son niños que crecen con inseguridad y se va a ver reflejado en su autoestima, son más vulnerables y tienden a ser ansiosos y depresivos”, señala Soto.

La experta recalcó que los niños ven en sus padres a sus ídolos y cuando los ven discutiendo se genera en ellos incertidumbre, desestabilización y angustia.

¿QUÉ SUCEDE CON EL MENOR?

Carlos Gutiérrez, sicólogo y especialista en Relaciones de Familia, afirma que lo primero que deben tener en cuenta los padres es evitar las discusiones frente a sus hijos.

“Lo importante es que el niño o el adolescente no presencia el conflicto entre los padres. Cuando se vayan a discutir esas diferencias, se debe hacer en privado”, dice el sicólogo.

Por lo general, cuando se presentan esta clase de situaciones los menores tienden a ponerse de parte de uno de los adultos. En el caso de los infantes son más susceptibles cuando ven que su madre está afectada. Pero cuando solucionan estas diferencias, la confusión crece y los niños terminan con problemas emocionales.

En ese momento, explica el experto, los padres les dan una falsa señal a sus hijos, enseñándoles la intolerancia a la frustración, de manera que, cuando tengan un problema no sabrán cómo resolverlo adecuadamente.

Gutiérrez recomienda a los padres aislarse y buscar un lugar donde puedan aclarar las diferencias. Tratar de hablar de forma razonable, pausada, en donde no se grite y en donde se puedan poner las razones del disgusto sobre la mesa para negociar y buscar una solución.

“Si es un momento donde los ánimos se ven afectados y están irritables, es mejor retirarse, calmarse por unos minutos, y luego buscar el lugar para resolver el conflicto, siempre pensando en el bienestar de sus hijos y del hogar”.

También recomienda guiar a los niños en las discusiones con los hermanos para así darles herramientas que les permitan actuar con inteligencia emocional, no solo en la casa sino en otros lugares. “Esto les va a permitir también aprender a manejar su enojo, para que no se desquiten con quien no tienen problemas”.