COLPRENSA | LA PATRIA | Medellín
¿Madrugar o dormir hasta tarde?, ¿Hacerle caso al despertador o simplemente levantarse cuando el cuerpo lo decida?
Esas son preguntas sobre las que habrá tantas respuestas como seres humanos en el mundo. Hay quienes prefieren acostarse temprano y madrugar, mientras que otros solo logran su mayor nivel de productividad en las noches y por supuesto, duermen hasta muy entrada la mañana.
Según un estudio realizado por el departamento de Psicología de la Universidad Toronto, en Canadá, quienes madrugan tienen emociones positivas, sus personalidades son más estables y gozan de buena salud.
Los investigadores Lynn Hasher y Renée Biss advierten además, que los noctámbulos tienden a la depresión, llevan una vida más disoluta, es más fácil que abusen del alcohol y otras sustancias adictivas y, en consecuencia, su salud se resiente.
Los resultados de Hasher y Biss no son una conclusión unánime en el mundo de los especialistas del sueño. Lo importante no es madrugar o trasnochar, el beneficio se da es por el buen dormir, señala el neurólogo, Luis Alfredo Villa.
"Hay personas de fase adelantada del sueño, es decir, que se duermen temprano y se levantan temprano. En los de fase retrasada ocurre lo contrario. Sin embargo, para mejores niveles de productividad, las personas con fase adelantada del sueño son más eficientes, pues mientras haya luz, la productividad de una persona es más alta", dice.
Y es que los ciclos de sueño y vigilia dependen en buena parte del estímulo lumínico que reciba el cerebro, dado que en la penumbra se activan en el cuerpo sustancias químicas que inducen al sueño.
Al respecto, el psicólogo clínico Juan Carlos Posada señala que con ciclos de ocho horas de sueño, en promedio, las personas alcanzan a hacer reparación completa del sistema corporal. "Están más descansadas, reportan mayor productividad y bienestar, por lo tanto, su índice de éxito es más alto, lo que repercute en felicidad", aclara.
De siete a ocho horas es el tiempo promedio que un ser humano necesita para descansar. Villa sugiere acostarse entre 10 y 11 de la noche y levantarse entre 5 y 6 de la mañana.
"No necesariamente va ser mejor madrugar que no, eso depende del ciclo de cada individuo por eso, no es inteligente que a los niños que tienen ciclos retrasados del sueño los hagan madrugar mucho. Si se acorta el tiempo de duración del sueño a los niños, les altera factores biológicos hormonales relacionados con crecimiento y aprendizaje", advierte Villa.
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