Con marcha fúnebre desde la Plaza de San Sebastián hasta La Candelaria los habitantes acompañaron al que había de arder después de días de jolgorio.
Héctor Barrera
LA PATRIA | RIOSUCIO
Invadidos por un ambiente de jolgorio y camaradería entre los miles de asistentes al Carnaval del Diablo, en Riosucio (Caldas) el pueblo despidió a su Majestad El Diablo. Todo empezó con una marcha solemne y fúnebre, desde La Plaza de San Sebastián hasta la de La Candelaria para enterrar el calabazo. Los marchantes coreaban el himno del carnaval: salve, salve, placer de la vida, salve, salve, sin par carnaval…
Allí, cuatro diablitos custodiaban los últimos minutos de vida que le quedaban al enorme Diablo, que rodeado a los cuatro costados de la Plaza de San Sebastián por la gran multitud fue incinerado a las 11: 00 de la noche, luego de que la Junta del Carnaval leyera el testamento.
Una vez ardió en llamas, todo el pueblo quedó solo y los negocios cerraron. Era normal, se había ido el espíritu de la fiesta, pero no del todo, volverá después el 6 de enero del 2017 a contagiar a propios y extraños del espíritu fiestero que lo caracteriza.
El dato
260 policías custodiaron El Carnaval de Riosucio durante seis días.
Imponente así se veía el diablo en medio de la multitud antes de la quema
Los matachines cargaron el calabazo en marcha fúnebre desde La Plaza de San Sebastián hasta la de La Candelaria, donde fue enterrado.
Una hora antes de la medianoche, durante los instantes de la quema del Diablo todo el público centró su atención en su Majestad. Emocionados, corearon el himno del Carnaval.
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