No son mujeres asexuadas. El hecho de estar embarazadas, salvo algunas excepciones, no significa que ellas deban abstenerse de tener relaciones sexuales.
Eso lo conocen bien las mujeres de hoy, sin embargo, muchas no dejan de sentirse temerosas y de tener inquietudes con respecto a tener intimidad con su pareja estando en la etapa de gestación.
¿El niño podría ser lastimado? ¿Él bebé siente todo cuando estoy en la intimidad con mi pareja? ¿Hasta qué mes puedo tener coitos? ¿Por qué siento ahora más ganas de hacer el amor que cuando no estaba embarazada? ¿Cuáles son las posiciones más riesgosas?
Son muchas las dudas que las asaltan a ellas y ¿por qué no?, también a ellos, pero generalmente no se atreven a preguntar a los especialistas por pena, por no sentirse ridículos o poco instruidos en esta materia.
El País despeja algunas de las más reiterativas dudas que embargan a las parejas de ahora, con la ayuda de los doctores Hoover Canaval, profesor del Departamento de Ginecología y Obstetricia y del Departamento de Medicina Familiar de la Universidad del Valle; los gineco-obstetras Alba Lucía Mondragón y Luis Felipe Estrada, del Centro Médico Imbanaco y de la sicóloga y sexóloga Miriam Duque.
1. ¿ES PERJUDICIAL?
Mientras el embarazo tenga un curso normal, el acto sexual no genera ningún problema. Es un mito que con la penetración vaya a ser lastimado el bebé, porque el pene nunca entrará en contacto con él, ya que la relación se tiene en los dos o tres tercios de la parte externa de la vagina. Y esta es un espacio totalmente diferente al útero donde crece el bebé, están separados.
Eso sí, hay que tener prácticas no bruscas. Además, en la medida en que las mujeres se sientan tranquilas y consideren la relación íntima en este periodo como un acto normal, no tienen por qué sentir dolor. Es posible que algunas posiciones que impliquen una penetración más profunda, incomoden a la mamá, sobre todo cuando el embarazo está bien avanzado.
2. ABSTENCIÓN...
Las embarazadas necesitan caricias, besos, mimos, abrazos e incluso, pueden tener sexo oral. Pero no todas pueden tener relaciones sexuales con coito incluido.
El acto sexual está contraindicado para mujeres, que entre otras afecciones, presentan:
• Amenaza de aborto, porque el pene contiene unas sustancias llamadas prostaglandinas que pueden producir contracciones y generar como desenlace la pérdida del bebé.
• Tienen placenta previa o sea, aquella que se inserta en la parte más inferior del útero, ya que tiene una mayor posibilidad de ser estimulada con la fricción y el movimiento de la relación sexual.
• Las de embarazos gemelares, pues tienen una mayor posibilidad de tener partos prematuros. Una vez llegan a la mitad del embarazo se les contraindican las relaciones por el movimiento y las pequeñas contracciones que se pueden disparar con una actividad sexual emotiva y placentera.
• Las que tienen el cuello de la matriz muy corto o que le ha sido operado o ha sido en parte resecado. Estas mujeres tienen una mayor probabilidad de que su cuello se abra más rápido de lo esperado.
• Las que tienen trabajo de parto prematuro, es decir, que tienen contracciones antes de tiempo. En esos casos hay que suspender las relaciones porque el coito puede aumentar las contracciones y producir que se rompa la membrana de la placenta, se salga el líquido y así haya la pérdida de la criatura o la llegada de un bebé prematuro con todas las implicaciones que conlleva tener un niño de estas condiciones.
• Las que contraen eventualmente infecciones vaginales (se deben suspendender los encuentros íntimos hasta que desaparezca la infección).
• Las que tienen el llamado cuello del útero incompetente, es decir, que el útero no soporta el peso del bebé y sobre las 20 semanas hay que operar. Por eso, la mujer debe permanecer en reposo y suspender las relaciones sexuales.
Es importante que se sigan al pie de la letra las indicaciones que sobre este tema, hagan los especialistas.
3. FOGOSAS
No se alarme, si al igual que Camila, siente que desea tener más relaciones sexuales con su marido, mucho más que cuando no estaba embarazada. Esta fogosidad se debe a que la carga de hormonas aumenta, entre ellas una llamada estriol, que puede, en algunas mujeres, estimular el deseo sexual de manera más acelerada.
Pero hay muchas otras que sienten apatía por las relaciones, a las que el estímulo sexual se les reduce, pues hay que tener en cuenta que en el deseo influyen, además de las hormonas, aspectos como el sicológico y el físico (los vómitos y mareos le quitan las ganas a la más ardiente).
4. ¿SIENTE EL BEBÉ EL ACTO SEXUAL?
El bebé no percibe las relaciones como acto sexual físico como tal, él está ajeno a lo que ocurre entre sus padres.
Pero indudablemente, hay un lenguaje químico entre la madre y el bebé que hace que él reciba señales de que su mamá está en un momento agradable y por supuesto, el niño lo recibe de una manera positiva.
De igual forma sucede cuando la madre está siendo agredida sexualmente, es posible que el bebé reciba un lenguaje químico que lo haga sentir en un ambiente incómodo.
5. POSICIONES
Para evitar penetraciones tan profundas que puedan incomodar a la gestante, se recomiendan posturas como aquella en que la mujer está acostada de lado y el compañero la penetra por la parte de atrás hacia la vagina. Se aconseja, además, una posición de pie, en la cual ella se incline un poco sobre un armario o un buró y que la penetración se haga de la manera descrita anteriormente.
Cuando aumenta el volumen del feto, los especialistas sugieren que el hombre no se apoye sobre el abdomen de la embarazada, sino en sus propios brazos para que quede separado de ella y así evitar la presión sobre el bebé.
A ellas se les aconseja que no flexionen las rodillas y las piernas tan hacia el tórax porque en la medida en que lo hacen, sus extremidades inferiores permiten un balanceo de la pelvis y la penetración vaginal es más profunda y puede incomodar.
Posiciones como la tradicional del Misionero o aquella en la que el hombre está acostado boca arriba y la mujer se sienta sobre él no se recomiendan, porque el pene hace una penetración muy profunda.
6. ¿HASTA QUÉ MES?
Si el curso del embarazo es normal las parejas pueden tener relaciones hasta el noveno mes de gestación. Pero por el agotamiento de la madre, la cercanía del nacimiento del bebé, que puede haber iniciado el proceso de descenso y por los casos de dilatación incipiente, es mejor limitar los encuentros íntimos.
Sin embargo, hay estudios que demuestran que se pueden tener relaciones hasta el momento en que se inicie el trabajo de parto porque lo beneficia.
Los indígenas, por ejemplo, cuando llegaban los nueve meses y la mujer no tenía el parto, la inducían a tener relaciones sexuales, incluso, anales, para poder estimular el trabajo de parto natural, pues no contaban con medicamentos para inducirlo.
7. Y LUEGO DEL PARTO QUÉ
Es complejo determinar cuándo exactamente pueden las parejas reiniciar su vida sexual, porque esto depende de las condiciones en que se produjo el parto: si fue natural, con cesárea programada o de emergencia, por las complicaciones presentadas.
Pero en general los especialistas coinciden en que se tengan encuentros íntimos una vez haya transcurrido el primer mes o pasados 4.
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