KATERINE VARGAS
LA PATRIA | MANIZALES
Javier Hernández es un agricultor manizaleño que aplica las Buenas Prácticas Agrícolas en sus dos hectáreas de lulo. El joven, de 27 años, manifiesta que estáa gusto con sus cosechas, pues sus árboles no solo tienen buena resistencia, sinoque esto le permitió enfrentar el intenso verano, sin mayores complicaciones.
Igual destaca que nada le da más tranquilidad que saber que tanto él como su familia, y sus compradores consumen productos limpios y libres del veneno de los pesticidas.
Javier recuerda que hace cuatro años tuvo un cultivo de tomate que fumigaba entre dos y tres veces por semana. Además de vivir preocupado por su salud, las malas prácticas que tenía, le aumentaban los costos y la mano de obra.
En la actualidad, con sus nuevas siembras, tiene una mejor calidad y mayor producción, pues estas le permiten tener una agricultura sostenible, amable con el medioambiente y comprometida con la producción de alimentos inocuos y sanos.
Germán Antía y Fabián Ramírez, ingenieros agrónomos vinculados al programaModelo de plataforma de aprovechamiento integral, destacan las ocho prácticas que se deben llevar a cabo para desarrollar una agricultura sana y producir frutas y hortalizas con capacidad de posicionarse en los mercados nacionales einternacionales.
Conozca el suelo donde va a cultivar
Un buen manejo del suelo le asegurará calidad en el cultivo y un menor riesgo de pérdidas.
De acuerdo con los expertos, esto implica conservar las características físicas y químicas de la tierra, asegurando que haya fertilidad y productividad. Para un buen manejo del recurso, es necesario que usted tenga claridad de las zonas en las que el suelo ha sido fertilizado y qué tan contaminadas pueden estar. De igual forma, es importante que se fije en cuáles son los afluentes cercanos para asegurar que a su cultivo no le haga falta el agua.
Según Ramírez, un manejo de suelo también tiene que ver con la identificación de las plagas, enfermedades y malezas que existen en la zona y que puedan afectar el cultivo. Esto con el fin de empezar a plantear un manejo integrado de las mismas.
Prepárelo para obtener mejores resultados
No olvide que antes de fertilizar, usted debe realizar un análisis de suelo que le indique las necesidades del terreno, con el fin de evitar la aplicación de productos en exceso que pueden resultar contaminantes. Analice también qué tan pendiente es la zona donde va a sembrar y busque estrategias que eviten la erosión. Por ejemplo, sembrar en curvas de nivel, hacer barreras vivas, trinchos o barreras muertas.
Procure utilizar bien el agua
Identifique cuáles son los afluentes más cercanos, esto es clave para evitar pérdidas en caso de fenómenos climáticos como El Niño o temporadas de intenso calor. También es importante que identifique la calidad del agua y analice si es apta para el consumo humano o para el riego, esto le ayudará aaprovechar mejor el recurso. También debe tener en cuenta cuál es la cantidad de agua que puede usar sin necesidad de afectar a los demás.
La producción
Aquí influye tanto la calidad de la semilla como las labores con las que semanipula el cultivo.
La semilla que utilice debe ser limpia de impurezas y de la mejor calidad posible. Las BPA incluyen un análisis previo de las características de productividad del cultivo, la aceptación en el mercado y el valor nutricional que tiene. Tenga en cuenta la adaptación climática del cultivo antes de sembrar, así como su reacción a los fertilizantes, para que planee estrategias ante cualquier adversidad.
Proteja los cultivos
Se debe hacer un Manejo Integrado de Plagas (MIP). Con esto se contribuye a la inocuidad y se asegura la mejora de la producción. Este manejo consiste en la identificación y el control periódico de las plagas y enfermedades que afectan el cultivo. En lo posible dicho Manejo Integrado debe hacerse con controladoresorgánicos como trichogramas, crisopas, y hongos entomopatógenos, que contribuyan al cuidado del medio ambiente y garanticen la erradicación de las enfermedades.
Recolección adecuada para la cosecha
Mantenga el producto íntegro para evitar daños y mantenerlo inocuo. Esto se logra adoptando las medidas que prevengan su contaminación por agentes microbianos o sustancias tóxicas que se pueden introducir en la fruta a través de agentes como las herramientas o los trabajadores. El almacenamiento debe garantizar las condiciones adecuadas en cuanto a temperatura, humedad e higiene.
Protección del recurso humano
Es necesario que quienes manipulan el cultivo tengan claridad en la implementación de las buenas prácticas. Con esto se pueden evitar acciones incorrectas sobre el manejo higiénico de los productos, el uso de sustancias químicas y el uso de los equipos de protección en labores peligrosas.
Los cultivadores deben contar con planes de emergencia e instructivos claros en caso de accidente.
Además, los sitios de descanso y que generen calidad de vida para los trabajadores también hacen parte de las buenas prácticas para la explotación agrícola, ya que se debe partir de la idea de que un trabajador satisfecho es un trabajador productivo.
Compromiso con el medioambiente
Se debe asegurar un uso adecuado de los recursos naturales y reciclar siempre que exista la oportunidad de hacerlo. En su finca o parcela debe existir un Plan de Manejo Ambiental, que debe incluir una capacitación para el personal involucrado en las labores agrícolas. Esto, con la finalidad de minimizar el impacto del proceso productivo sobre el ambiente.
Lleve registro
En los procesos de Buenas Prácticas Agrícolas es importante llevar registros de las actividades planteadas y ejecutadas, de tal manera que se pueda asegurar una adecuada trazabilidad de los procesos.
Del proyecto
Desde el año pasado, la Universidad Nacional sede Manizales, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ejecuta el modelo de plataforma de aprovechamiento integral, adición de valor y competitividad de frutales comerciales andinos.
En dicho plan participan 50 agricultores de la región cafetera con 5 frutas propias de la zona, como mora de castilla, guayaba pera, maracuyá, tomate de árbol y lulo.
De acuerdo con Luz Adriana Vásquez, investigadora del proyecto, se pretende mejorar la calidad de las frutas, generando consciencia en los cultivadores para que produzcan frutas inocuas, aptas para el consumo de las personas. La base fundamental es desarrollar las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), que además tienen como finalidad una agricultura amigable con el medioambiente.
Los cultivadores que hacen parte del plan cuentan con el acompañamiento de ingenieros agrónomos e investigadores que les enseñan cómo desarrollar las BPA en sus fincas.
Carlos Eduardo Orrego, director del proyecto y docente de la Universidad Nacional, comenta que lo ideal es que este programa se replique y que cada vez sean más los agricultores que implementen las buenas prácticas en sus cultivos, aprovechando de la mejor manera los recursos naturales.
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