Daniela González, de 17 años, mide 1.75 centímetros de estatura y pesa algo más de 90 kilos. Admite que está pasada de peso, pero poco o nada le importa lo que digan los demás sobre su físico.
No le molesta que le digan "gorda", claro que eso depende del tono con que lo entonen. Ella se cuida a su manera. Es trozuda por genética. Es mala para hacer dietas y no le gusta privarse de ciertos alimentos. Eso sí, sabe que se puede comer solo una hamburguesa en la comida, no dos ni tres.
"Hace cinco años sufría mucho por los kilos de más. Me insultaban en el colegio; me trataban mal", relató la muchacha, quien dice verse exteriormente completa, integral y hermosa. Y nadie lo niega; pues es una morocha grande, amable y muy conversadora. ¿Y sobre su interior?, su abuela la describe como entregada y disciplinada. Dice que es buena para las manualidades; hace muñecos y pinta cuadros.
"La autoestima es el factor más importante para alcanzar la felicidad. Hay personas que geneticamente están programadas para ser bajitas, gorditas, altas, flacas. Quererse a sí mismo es fundamental, pues hay que entender que no todos somos salidos del mismo molde", explicó el psicólogo Carlos Man Ospina.
El profesional enfatizó que en la adolescencia los jóvenes sufren cambios en la personalidad que los obliga a tomar decisiones; a probar y errar, a esforzarse y triunfar.
"Es una etapa de maduración en la que hay un despertar. Les sale acné, bigote, senos, cintura... están estrenando cuerpo. Por eso suelen verse en un principio solo físicamente. Ellos tienen qué descubrir sus pasiones, que son más que un cuerpo y ahí es cuando eso les deja de importar", agregó Ospina.
Testimonio que en un principio va de la mano con lo que piensan algunos profesores. Por ejemplo, la maestra Alba María Sánchez, de la Divina Providencia, recalcó que las chicas se valoran mucho a sí mismas, pero anteponiendo la silueta, el peinado y la ropa a los valores y cuestiones morales. Así mismo, Teresa Betancourt, de la institución educativa San Víctor, de Supía (Caldas), sostiene que entre los muchachos existe un "total" desconocimiento de ese yo. "No hay claridad sobre el cómo se ven. Son superficiales, les falta reconocimiento interior", puntualizó.
Ambas docentes sostienen que reforzar valores como el respeto, la confianza, tolerancia, amor, honestidad, libertad y lealtad, entre otros, les ayudaría a preocuparse por alimentar eso que llevan dentro.
Cumplir con los patrones de belleza
Con 1.56 centímetros de estatura, Mayerli Alarcón dice estar en el peso ideal: 48 kilos. Cada seis meses lo corrobora con depositar $200 pesos en una balanza cercana, situada en una de las droguerías del barrio en el que vive. Supone que podría subir hasta 10 kilos más sin llegar a ser obesa. Eso le índica, según ella, su índice de masa corporal.
Hasta ese punto, sin embargo, no le gustaría llegar. Cuenta estar feliz con su físico. "Eso de que alguien se siente feo, porque es muy flaco o es gordo se da por el poco cariño que se tienen a sí mismos. Si llegara a estar gorda, creo que no me dejaría afectar por los demás", contó la estudiante del Santa Luisa de Marillac. En su tiempo libre, Mayerli toca guitarra y juega voleibol. Desde muy joven descubrió esas inclinaciones.
Daniela y Mayerli resultan ser polos opuestos frente al espejo. Pero, al parecer, en sus interiores tienen muchas cosas en común. Les gusta el arte, alimentarse sanamente, compartir con sus amigos y disfrutar tiempo con sus familias.
"El cómo me veo es la respuesta al yo soy lo que creo. Lo que decreto ser, lo que proyecto es lo que tengo dentro. Lo importante está en enfocarse en el ser y no en el hacer. Cuando un joven logra esto se armoniza toda su mente y cuerpo", subrayó la psicóloga Luz Marina Estrada.
Ahora es tu turno ¿Cómo te ves?, mírate y respóndete.
LA PATRIA socializó el pasado miércoles el tema ¿Cómo me veo? con cerca de 50 estudiantes, chicos y chicas, de Manizales, Villamaría y Neira y esto fue lo que respondieron.
¿Cuál es la parte de su cuerpo que más le gusta?: "Los ojos", "la cara", "mis piernas", "el cabello", "las manos", "los labios", "las pestañas", "la lengua", "el torso", "los lunares" y " la cabeza".
¿Cuándo te ves, a quién ves?: "A alguien sano", "joven", "seguro", "emprendedor", "sociable", "líder", "única", "como a mi mamá", "a un ser trabajador", "tranquilo", "respetuoso", "buena persona", "amigable", "inteligente", "responsable", "grande", "fuerte", "profesional", "echado para adelante", "el reflejo de mi mismo", "creativo", "cariñoso", "deportista", "pacífico", "disciplinado", "sincero", "independiente", "alegre", "estudiante", "optimista", "un ser humano educado", "soñador", "humilde", "amoroso", "dedicado", y "positivo".
¿Cómo se describe?: "Como una persona amigable", "responsable", "buen estudiante", "comprensiva", "fiel", "discreto", "tierno", "alegre", "activo", "linda", "delgado", "de cabello rubio", "grande", "morena", "de pelo crespo", "blanca", "de cabello largo", "curioso".
¿Cómo lo ven los demás?: "Capacitado", "alegre", "creativa", "tierna", "mujer seria", "estudioso", "humilde", "como alguien más que conocen en su vida", "con grandes proyecciones", "honesta", "temeroso", "como la persona que quiero ser", "no tengo idea", "normal", "con los ojos", "malgeniada", "colaboradora", "buen amigo", ¿Qué es la autoestima?: "Es valorarse y quererse a uno mismo", "aceptación, dejar de preocuparse por lo que digan los demás", "el cuánto me quiero", "es cómo se ve interiormente cada persona", "es la estima propia".
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia sí mismos, hacia la forma de ser y de actuar, y hacia los rasgos del cuerpo y carácter. En resumen, es la percepción evaluativa del yo.
Enfóquese en el ser tan grande y maravilloso que es.
Usted es el resultado de lo que quiere ver.
Cierre los ojos y proyéctese.
Haga el ejercicio del espejo: mírese y échese piropos.
A veces los jóvenes necesitan encajar en grupos sociales. Por eso cambian de manera de vestir, de peinarse, de gustos musicales. Según el psicólogo Carlos Man Ospina, ello es normal. Los papás, sin embargo, deben exigirles a sus hijos responsabilidad, decisión y buen comportamiento.
Descubra en qué es bueno y cultive esa pasión.
Agradezca por lo que tiene.
Consejos del psicólogo Carlos Man Ospina y la profesional Luz Marina Estrada.
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