La aparición de acné en su rostro alertó a Mao Cáceres. "¿A qué se debe?", se preguntaba en ese entonces. La visita a un nutricionista, y posteriormente a un dermatólogo, le dieron la respuesta: su constante consumo de chocolatinas en barra era el culpable. Fue entonces cuando decidió dejar, con el dolor en el alma, una de las cosas que más le gustaban. "Era mucha grasa la que consumía", cuenta.
Hoy, que su historia es parte del pasado y su piel está nuevamente limpia, Mao procura por alimentarse bien; comer balanceado y darle la espalda a la denominada comida chatarra, aunque admite que algunas veces se da el gusto con una hamburguesa, papas a la francesa y gaseosa. "Todo en exceso es malo", aseguró el chico, estudiante del Semenor de Manizales, quien además contó que evita ingerir alimentos antes de acostarse para no tener que sufrir por el aumento de peso. "Uno aprende a cuidarse. No uso cremas para la cara, ni hago dietas, pero aprendí de la experiencia", dijo.
LA PATRIA realizó un sondeo con 50 estudiantes, entre los 15 y 20 años, de centros educativos de Manizales y de Villamaría para conocer sus hábitos y preferencias a la hora de alimentarse. La mayoría opta por la comida tradicional, como los fríjoles, lentejas, sancocho y huevos. Otros cuantos se inclinan por los dulces, las hamburguesas y las gaseosas (ver infográfico).
Según el psicólogo Eduardo Henao, los jóvenes suelen preocuparse mucho por su estética: "son influenciables a la información, por lo que las publicidades y el anuncio de dietas empiezan a tomar importancia. En semana se preocupan más por lo que comen, los fines de semana, cambian los hábitos", explicó el profesional.
Testimonio que coincide con la versión de Camilo Marín, de la institución educativa Gran Colombia, quien explicó que come poco, aunque su cuerpo no lo evidencie. "Soy gordito, pero de aire. Durante mucho tiempo fui al gimnasio, pero me tuve que salir.
Creo que eso influyó mucho", reveló.
María Fernanda Agudelo, de la Divina Providencia, por el contrario, aseguró que no le preocupa engordarse. "Me gusta mucho la comida tradicional. La ingiero sin pensar en los kilos de más", señaló.
Por su parte, la profesora Norma Lida Torres, de la Institución Educativa Villamaría, destacó que los muchachos no tienen conciencia de la alimentación que deben consumir. "Tampoco parecieran conocer los horarios, no les preocupa la parte nutricional. Uno sabe que de vez en cuando el perro o la hamburguesa es deliciosa, pero no puede ser una cosa de todos los días", sostuvo la maestra.
"En un día, un ser humano, en este caso los jóvenes, debe comer alimentos de todos los grupos para proveer los nutrientes necesarios que el cuerpo requiere para vivir, desarrollar sus actividades normales, crecer, etc. El cuerpo requiere de calorías, proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, fibra y minerales, y eso sólo se logra si se consume una alimentación balanceada", puntualizó la nutricionista Nubia Constanza Bonilla.
* Cereales
* Tubérculos y plátanos
* Verduras
* Frutas
* Carnes
* Lácteos
* Azúcares y grasas
Un ejemplo de desayuno puede ser: Bebida en leche, una proteína como carne o huevo o queso o jamón: una porción de fruta y un cereal (arepa o pan).
De almuerzo: Debe contener un seco balanceado integrado por: carne, pollo o pescado; dos carbohidratos complejos (cereal y tubérculo), ensalada o verdura. La sobremesa puede ser fría o caliente; con leche o sin ella, por ejemplo, jugo o limonada natural, milo, leche o agua. En lo posible, incluya una porción de fruta. La sopa es opcional, depende de los hábitos y del peso corporal que la persona tenga.
De comida: Puede ser más liviana que el almuerzo, pero en lo posible debe llevar una proteína como la carne, un carbohidrato complejo y verdura. De sobremesa, una bebida en leche caliente o fría.
El exceso también es contraproducente, porque el objetivo es que usted coma lo suficiente, pero de acuerdo con sus necesidades para evitar el sobrepeso, la obesidad, hipertensión, diabetes, etc.
La psicóloga Aleida Mejía advierte que la adolescencia es una etapa de la vida, en la que se experimentan muchos cambios desde el punto de vista físico, emocional y social. "Por lo tanto la alimentación debe ser la más adecuada para satisfacer los requerimientos nutricionales que garanticen un desarrollo armónico en esta etapa».
Los adolescentes condicionan su dieta a patrones ideales de belleza, talla, desarrollo muscular, entre otros, los cuales son promocionados por los medios de comunicación hasta lograr convertirse en el referente de los adolescentes.
No desayunar puede causar desmayos y baja presión.
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Redacción: Isabel Vallejo Jiménez
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