Cuestiónese antes de actuar

Isabel Vallejo J.
La Patria | Manizales

Influencia más determinación es igual a decisión. Mala o buena, pero decisión. Así lo indican los adolescentes Alejandro Arroyave, Mateo Orrego, Lizeth Henao, Maicol Pineda y María José Ospina.

Ninguno de ellos estudia en el mismo centro educativo ni se conocen, sin embargo, sus opiniones sobre el tema coinciden. Por ejemplo, cuando se les cuestiona sobre las personas que más intervienen en su vida no dudan en responder que sus padres, seguido, eso sí, por sus amigos más cercanos.

"Ellos llevan más tiempo en la tierra que nosotros, así que también se equivocaron y eso los hace más sabios a la hora de tomar decisiones", dice Maicol. Resalta que con ellos es difícil hablar sobre relaciones sexuales o drogas, pero su apoyo en los momentos difíciles no es discutible.

¿Amigos?: "Hace mucho tiempo tuve un buen amigo, Camilo. Él se iba a ir a vivir a otra ciudad, así que insistí con sus padres para que lo dejaran acá. Con el consentimiento de ellos y de mi mamá, él se fue a vivir a mi casa. Al tiempo resultó metido en las drogas, sus papás regresaron por él y me enteré de que hace dos años falleció debido a sus adicciones. No sé qué le pasó, por qué se dejó llevar", relata Lizeth, a quien la marcó este suceso y le enseñó que la confianza es fundamental para entablar una amistad.

Se amplía el tema

De malas decisiones Mateo sabe un poco. "Estaba en clases de violín para prepararme para el examen de admisión a Música, en la Universidad Nacional, y hubo un tiempo en el que preferí salir con amigos y hacer otras cosas en lugar de estudiar. Mi profesor, viendo que no progresaba, me regañó y me hizo caer en la cuenta de que estaba arriesgando mi futuro por cosas de momento", cuenta. "Es un buen maestro", asiente.

Alejandro, por su parte, asegura que las malas influencias no existen: "El problema está en dejarse llevar. La mala influencia puede ser uno mismo, así que no se trata de juzgar".

Por último está María José, quien habla a carta abierta de la buena relación con sus compañeras de estudio. "Hablo con ellas de zapatos, del último peinado, de las promociones, accesorios, además no somos burlescas... pero a la hora de dejarme llevar primero examino los pro y contras de dicha acción", continuó.

Al parecer estos cinco jóvenes se la juegan por buscar la mejor orientación antes de actuar. Piensan que los malos caminos están a la orden del día, pues comparten 'espejos' de seres cercanos mal influenciados. Por esto tienen claro que los mejores salvavidas son sus padres, quienes los conocen como a ninguna otra persona. Tú, ¿qué piensas?

Papás preguntan, el asesor de familia Germán Villegas responde:
 

- ¿Cuáles son las mayores influencias de nuestros hijos?
Los amigos, la moda. Definir quién es buena o mala influencia no es fácil. Detectarlo entre los jóvenes es complicado, porque ellos son reservados.

- ¿Cómo darse cuenta de que alguien está mal influenciado?
Porque el adolescente empieza a tomar actitudes que van en contravía a su buen comportamiento. Es rebelde. La mejor manera de saber qué le pasa a su hijo es acercándose a sus amigos y preguntándoles ¿qué le pasa a su amigo? Ellos, en esos casos, son muy colaboradores.

- ¿Mi hijo tiene malas compañías?
Primero pregúntese si su hijo es una buena compañía, en qué pasos está. Cómo se comporta, en qué estado tiene sus pertenencias, cómo está su habitación, si se preocupa por su presentación personal... De ahí sacará sus propias conclusiones. A los chicos hay que darles una libertad controlada, tan malo es quien no protege como quien es sobreprotector, pues en los dos casos les es más difícil tomar decisiones.

- ¿Cómo confiar en lo que hace mi hijo?
¿Está seguro de que le enseñó cosas buenas, le dio buen ejemplo, le inculcó valores, le dio oportunidades de crecer? Si  es así por qué se preocupa tanto porque pueda tomar malas decisiones. Hay que enseñarles dónde está el peligro, pero hay que dejar que prueben. No hay que cohibir, hay que orientar.