Daniela Suspez no come carnes y consume en bajas proporciones huevos y leche. Se considera ovolactovegetariana. Adoptó este hábito alimenticio hace 5 años, cuando se empezó a dar cuenta de cómo sacrificaban los cerdos, pollos, peces y vacas para satisfacer el paladar de los humanos.
"Hice una autoreflexión. ¿Cómo podía ser responsable de mi vida a costa de la muerte de los animales? Investigué y me preparé en el tema, por eso tampoco consumo nada que tenga conservantes como gaseosas, frituras ni mecato", contó la estudiante de 17 años.
Daniela tiene una característica típica de aquellos que censuran la carne: tiene las palmas de la manos y pies amarillas por la deficiencia de algunas vitaminas y minerales. "Incluso mi piel se palideció", admite.
Ella, sin embargo, asegura que lleva una dieta rica en soya, vegetales y leguminosas. Reemplaza la carne de hamburguesa por una tortilla de lentejas y prefiere una crema de espinacas o ahuyama antes que un sancocho.
No es bueno ni malo
"La decisión de ser vegetariano es muy respetable. Nadie se va a morir por serlo, desde que lo asuma con responsabilidad. Lo importante es buscar asesoría y encontrar un equilibrio nutricional y energético. Cuando no se come carne hay insuficiencia en proteínas, minerales, vitaminas y hierro, así que hay que buscar alimentos ricos en magnesio, zinc, flúor y calcio. Si un adolescente elije este estilo de vida debe entender que a su edad apenas está terminando de alcanzar la madurez en su cerebro, por lo que una mal nutrición incidirá en su peso, estatura, desarrollo de habilidades, entre otros", argumenta la nutricionista Elizabeth Ortiz.
Otra historia es la de Gustavo Molina, de 16 años, que sí es vegano del totazo. Se alimenta de frutas, frutos secos y alimentos ricos en grasa vegetal.
"No consumo nada que interrumpa el libre desarrollo de los animales. Los respeto mucho. Considero que hay que cuestionarnos sobre los hábitos y tomar decisiones radicales", dice el chico, quien al igual que Daniela, no comparte este gusto ni pensamiento con sus familiares, aunque se lo respetan e incluso cocinan especialmente para él. "Es importante contar con el apoyo de los papás", expresa.
"La adolescencia es una época de gran demanda energética, por eso debe encontrar un equilibrio alimenticio. La vida, en general, se basa en estar bien en las esferas personal, social, espiritual y familiar. Todo extremo es malo, y esto también se aplica a la alimentación", explica la psicóloga Noelba Calle.
Si haces parte de alguna de estas corrientes organiza un plan de alimentación apropiado que pueda evitarte deficiencias nutricionales. Daniela y Gustavo, por ejemplo, se comprometieron en asesorarse mejor para prevenir problemas en su adultez.
Los datos
- El exceso también es contraproducente, porque el objetivo es que comas lo suficiente, de acuerdo con tus necesidades para evitar el sobrepeso, la delgadez, hipertensión, anemia, entre otros.
- Los adolescentes pueden ser vegetarianos u ovolactovegetarianos, mientras establezcan su dieta con la ayuda de un experto en nutrición, que asegure que su alimentación será suficiente para impulsar su crecimiento.
Una dieta equilibrada
Los adolescentes vegetarianos deben incluir alimentos esenciales en su plan de alimentación:
Hierro: Es importante para la sangre y prevención de la anemia. Lo encuentras en leguminosas, frutos secos, semillas, algas marinas, panes y cereales fortificados y verduras de hoja verde. Comer estos alimentos junto con otros que sean ricos en vitamina C, como jugos de frutas cítricas, le ayudará a tu organismo a absorber mejor el hierro.
Las mujeres deben estar pendientes y consultar con su médico para evitar deficiencias de hierro a causa de la menstruación.
Calcio: Lo proveen los vegetales verdes y los higos secos. Es sencillo obtenerlo en la leche y sus derivados. También existen leches vegetales y jugos de naranja fortificados con calcio.
Este mineral es indispensable para la formación de huesos fuertes, pues evitará problemas como la osteoporosis en la adultez.
Vitamina D: Es fundamental para fijar el calcio en tus huesos. Tu cuerpo puede producirla cuando te expones directamente a los rayos del sol. También está en la leche de vaca y de soya fortificadas.
Proteínas: Son necesarias para que tus músculos crezcan y se fortalezcan. Combina semillas de cereales y leguminosas para obtener proteínas similares a las de la carne. Los huevos y productos lácteos son buena fuente, al igual que las nueces, cacahuetes, fríjoles, granos enteros y algunas verduras.
Vitamina B12: Se encuentra en productos de origen animal, incluidos huevos y productos lácteos, en algunas leches de soya enriquecidas y cereales. Es importante que te asesores en el cómo obtenerla a través de suplementos.
Zinc: Es importante para el crecimiento y el sistema inmune. Si no consumes lácteos debes asegurarte de consumirlo a través de panes enriquecidos, leguminosas y frutos secos.
Omega 3: Dado que en la dieta ovolactovegetariana se excluye todo tipo de pescado, hay que buscar alimentos ricos en ácidos grasos y de la familia omega 3 como nueces y otras semillas, así como aceites de girasol, maíz o soya.
Carbohidratos: Te proveen energía y vitaminas para el cerebro y músculos. Están en las frutas, vegetales y granos, además aportan fibra, energía y vitaminas.
Recuerda
"Una dieta vegana mal llevada puede terminar en anemia, bajo rendimiento escolar y carencia de nutrientes", dijo la nutricionista Claudia Liliana Valencia.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015