LA PATRIA | MANIZALES
Tiene 24 años y ya sumó su segunda condena por homicidio. A Jhónatan Andrés Bueno Morales lo sentenciaron en junio del 2018 a 16 años y ocho meses de cárcel por asesinar a José Benavides Bañol Tapasco, de 63, en la vereda Las Piedras, del corregimiento de San Lorenzo (Riosucio).
Esta semana le dieron 17 años y cuatro meses por la muerte de Álvaro Antonio Bueno Bueno el 1 de mayo del 2017, en la vereda Taparco, sector Quebrada Hondo, del resguardo indígena San Lorenzo. Las autoridades encontraron a la vera del camino, por un desecho, a unos ocho metros, el cuerpo de Bueno Bueno. Lo mataron con arma blanca. Las heridas fueron en cuello, tórax y abdomen.
El día antes del hecho, víctima y victimario ingerían licor. A ellos los acompañaba un sobrino del fallecido.
Al señalado, detenido hoy en la cárcel de La Dorada, lo llevaron a audiencia este año, pero no aceptó los cargos. El juicio oral se cumplió en dos sesiones, el 28 de marzo y 9 de junio.
Durante el proceso, testigos afirmaron que vieron un cuerpo en la vía, pero pensaron que la persona estaba borracha. También observaron a Jhónatan Andrés en el patio de su casa, a pocos metros, en pantaloneta, sin camisa. "Al que estaba en el piso lo vi sangrando, le alumbré con el celular, pero no lo reconocí, no supo quién era. Me dio mucho susto y me fui", anotó un testigo.
Ese día, el fallecido bajaba hacia el corregimiento a vender un café que llevaba en una estopa, pero se arrimó un momento a la casa del asesino a tomar trago. Primero había tres personas, pero el sobrino del muerto se fue y quedaron víctima y victimario solos. La discusión se habría dado en ese momento. "Este gran hijueputa por qué no quiere tomar más", le dijo Jhónatan a Álvaro, según relató una testigo que, al ver la situación, se apartó del lugar.
El cuerpo fue arrastrado, pues en el recorrido para encontrarlo estaban la estopa que cargaba, su sombrero y una bota.
"Ese es el deselance de una triste historia, cuyo dramático final se veía venir. Sus acciones o hechos fueron notorios, hasta que finiquitó materialmente el hecho", señaló el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio, al declararlo culpable.
La víctima era reconocida como una persona noble, muy callado, servicial, sin problema alguno con la comunidad y querido por todos.
"Jhónatan estuvo a solas con su víctima. El occiso, al salir de allí, quedó a escasos metros de la casa. No hay duda alguna de que el acusado sí tuvo la oportunidad material y física de cometer el homicidio, de dejar a su víctima gravemente herido, agonizante sobre la vía", concluyó el juez.
El asesino fue quien llamó a la Policía a avisar del hecho, pero movió el cuerpo del lugar de donde indicó que se encontraba inicialmente y donde lo vieron malherido las personas que pasaron por el sitio. Jhónatan Andrés aseguró no saber de quién se trataba.
La sentencia pasó de homicidio agravado a simple, pues la Fiscalía no logró demostrar que el agresor se aprovechó del estado de indefensión o inferioridad de la víctima. El abogado del sentenciado apeló y el caso pasará a la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales.
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