LA PATRIA | Q'hubo | MANIZALES
Jugar fútbol y dedicarse a la minería eran las aficiones de Jesús Pescador Mejía, de 26 años; Juan Demetrio Hernández Largo, de 42; y Rodrigo Bañol Bañol, de 23. Los tres, naturales de Riosucio, perdieron la vida en la explosión de una mina en Sutatausa (Cundinamarca), y fueron enterrados ayer en el municipio ubicado al occidente de Caldas.
Jesús, Juan y Rodrigo ingresaron el pasado domingo a las 4:30 de la mañana a la mina de carbón, ubicada en la vereda Peña de Boquerón, donde al parecer por acumulación de gases se provocó una fuerte explosión. Los tres murieron en el instante, el rescate de sus cuerpos duró ocho horas y ayer en la mañana llegaron, juntos, para su despedida en su pueblo natal.
A las 4:00 de la tarde el parque de Riosucio se llenó de personas que querían acompañar el sepelio de los tres hombres. Llegaron buses con mineros de Supía, Marmato, Quinchía (Risaralda), y compañeros de los trabajadores desde Sutatausa y Ubaté (Cundinamarca). Todos entraron al Templo de San Sebastián y escucharon la misa.
Antes, en la funeraria La Aurora, familiares y amigos se encargaron de darle una serenata del día del padre a los tres hombres, pues murieron cuando se conmemoraba esa fecha. El mismo acto se repitió después de la misa, cuando eran llevados los cuerpos al Cementerio Nuevo.
Buscaban algo mejor
Jesús y Juan eran los que llevaban más tiempo en Cundinamarca trabajando en la minería. Decidieron partir de sus hogares para buscar un mejor futuro y responder por sus familias. Jesús, por su parte, viajó hace cinco años a este departamento para trabajar en la mina. En Riosucio dejó a sus tres hijos.
Juan Demetrio, de 42 años, era el más viejo en la minería, ya llevaba 10 años en Cundinamarca, más lo que trabajó cerca de su municipio. Juan nació en la vereda El Salado, se casó y tuvo tres hijos con los que vivía.
Rodrigo Bañol Bañol, tenía 23 años y nació en la comunidad La Esperanza, del resguardo indígena Nuestra Señora Candelaria de La Montaña. Su tío Israel recuerda que su sobrino pasó la infancia en Riosucio, en una familia de escasos recursos que vivía del café. Al cumplir su mayoría de edad, se fue a buscar un mejor futuro fuera de esa tierra, como suelen hacerlo muchos jóvenes de la zona. Era quien llevaba más poco tiempo trabajando en la mina.
Al finalizar la tarde, estos hombres que se fueron en búsqueda de un mejor futuro fueron sepultados en su pueblo natal, ingresaron juntos a la mina y así mismo lo hicieron al cementerio.
Esperan respuestas
Las familias de las tres víctimas expresaron que esperan respuesta de la empresa donde laboraban sus parientes, pues aparte que los perdieron su situación económica decae, ya que eran ellos quienes respondían por sus familias.
Ayer el Servicio Geológico Colombiano no se había pronunciado por este accidente. El alcalde de Sutatausa indicó que la mina es legal.
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