Pidieron preclusión de proceso para mujer por homicidio en legítima defensa

LA PATRIA | MANIZALES

La mujer que en un bar de la Galería mató a su cliente dejará de ser investigada por homicidio y seguiría su vida en libertad, según la solicitud de preclusión que presentó la Fiscalía 8 seccional de Manizales, en audiencia realizada ayer ante el Juzgado Primero Penal del Circuito de Manizales.

El juez del caso atendió la petición, pero la representación de víctimas apeló. La decisión de segunda instancia le corresponderá al Tribunal Superior de Manizales.

Así concluyó la investigación que se inició el 27 de diciembre del 2014. En esa fecha ocurrió el incidente que le costó la vida a José Albeiro Amaya Bernal, cliente de un bar de Puerto Paz, en la Galería de esta ciudad.

El ahora occiso consumía licor. Lo acompañaba Alejandra Morales Marulanda, quien para la época de los hechos tenía 19 años. A las 4:20 de la tarde la mujer quiso alejarse de Amaya, quien, al parecer, se encontraba ebrio.

Al hombre le disgustó que la mujer ya no quisiera acompañarlo y se puso agresivo, de acuerdo con la narración de testigos. Acto seguido, le lanzó un puño al rostro a quien era la encargada de atenderlo.

Al instante siguiente exhibió un puñal, con el que intentó herirla, pero ella logró detener el lance, al tiempo que sacó un cuchillo que cargaba y le provocó una herida a Amaya en el tórax.

Al herido lo trasladaron a Assbasalud de San José, que para esa época aún prestaba sus servicios de urgencias. Sin embargo, murió debido a la gravedad de la lesión. La mujer reconoció en el momento que era la autora del hecho.

Desde el comienzo de la investigación se notó la existencia de una presunta legítima defensa, como finalmente lo calificó al Fiscalía. Además, se indicó que Amaya se tornaba agresivo cada que ingería licor.

Apelación

El representante de víctimas señaló que debido al estado de ebriedad del hoy occiso era innecesario que la mujer lo apuñalara. El juez, a pesar de que concedió el recurso de apelación, explicó que en el mismo estado de alicoramiento sí tuvo la intención de atacar a la mujer, por lo que a esta no le era posible reflexionar si Amaya iba a intentar herirla en otro lance y eso justifica que se hubiera defendido con un arma similar a la del hombre.