LA PATRIA| MANIZALES

Una condena de 54 meses de prisión y la negación de la prisión domiciliaria cayeron como baldado de agua fría para Alejandra María Ospina Cuervo, de 44 años, natural del barrio Las Américas, de Manizales, señalada de concierto para delinquir agravado en concurso con tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

La sentencia la leyó el Juzgado Penal Especializado del Circuito de Manizales. Junto a ella también condenaron, mediante preacuerdo, a Daniel Alejandro Piedrahíta Ballesteros, alias Pichinga, de 35, y Leonardo Piedrahíta Mesa, de 30, alias Erizo, ambos del barrio Fátima.

En las audiencias preliminares, en enero, no aceptaron cargos y les dieron domiciliaria. El preacuerdo se presentó en agosto pasado. 

La Fiscalía anotó que no resultaba procedente el otorgamiento de beneficios, por prohibición legal, pero la unidad de defensa solicitó domiciliaria por ser padres cabeza de familia.

Así operaba la banda

El ente acusador indicó que entre el 15 de octubre de 2019 y el 26 de enero de 2021 se constató la existencia de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes con influencia en la comuna Ciudadela del Norte, concretamente en los barrios Solferino, La Unión y Comuneros, de la cual hacían parte estas tres personas.

La función de Alejandra era la de entregar sustancias estupefacientes a quienes arrimaban a su residencia, previa autorización de su pareja sentimental. 

La clave era prestar plata. Si alguien necesitaba 230 gramos de bazuco, decía que requería prestados $230 mil. Claves para que nadie se enterada del negocio.

“Esa señora es muy mosca para llevar la droga y se mantiene pilas para que no la vayan a pillar”, contó un informante.

Daniel Alejandro transportaba droga desde Corinto (Cauca) hasta Manizales, en transporte público, y luego la distribuía en los diferentes centros de acopio que tenía la organización

A Daniel y Leonardo los interceptaron, el 27 de septiembre de 2020, frente a la fonda Carrataplán, iban en un bus de servicio público con 5.040 gramos de marihuana.

“No resulta factible decir que estas tres personas no colocarían en peligro a la comunidad y que no evadirían el cumplimiento de la pena, surgiendo clara la necesidad del tratamiento penitenciario”, dijo el Juzgado.

Específicamente sobre Alejandra, se constató que tiene dos hijos menores y que vende comidas para obtener ingresos. Además, que cuenta con otros tres hijos mayores de otras relaciones sentimentales, contando con el apoyo incondicional de una hija de 23 años de edad. 

Adicional, los hijos de la condenada cuentan con una red de familia extensa que está en la obligación moral y jurídica de velar por los intereses de los menores.

La banda estaba integrada por 13 personas, capturadas en diligencias de registro y allanamiento en los barrios Solferino, Comuneros, Malabar y Pío XII de Manizales.