LA PATRIA | Manizales
El mototaxista José Edward Quintana Candía detiene su moto. El pasajero se baja. De repente alguien le quita el casco y le propina un machetazo en su cabeza. Escucha la advertencia del agresor: "Esto es un atraco y hasta aquí llegó".
Quintana cae y recibe un segundo machetazo en el rostro que le desprende parte de la nariz y del mentón. Luego, el agresor intenta degollarlo, pero el sentido de supervivencia, según Quintana, lo alienta para luchar por su vida. No le importa cortarse una mano para quitarse el arma de su cuello. Durante esos minutos nadie pasa por la vía.
El inicio
José Edward trabaja en Servimandados de Anserma, oficio que también incluye el mototaxismo. Él miércoles acababa de dejar un pasajero en la vereda La Loma, en la vía Anserma-Risaralda, y al retornar al municipio caldense un joven, que llevaba un morral, lo detiene para preguntarle si lo transportaba hasta Anserma, donde debería coger otro vehículo para llegar a Mistrató (Risaralda).
Quintana Candía le responde que él le hace los dos viajes. Una vez acuerdan la tarifa le entrega al joven el casco de parrillero y emprenden el viaje. Pasan por Anserma, pero el pasajero le pide que se detenga para orinar en la vía a Mistrató, específicamente al cruzar Puente Umbría, cerca de las obras de la microcentral Eléctrica Morro Azul en el Río Risaralda, límites de Caldas y Risaralda.
Sigue la lucha
El mototaxista agredido, después del forcejeo, logra zafarse del agresor y se lanza al río Risaralda por una peña cercana. El atacante trata de seguirlo, pero prefiere devolverse para llevarse la moto. No puede encenderla.
Vuelve al río y ve a Quintana Candía aferrado a una piedra en la orilla. Trata de bajar y le grita: "¡nada que se muere, espere y verá!"
El mototaxista al sentir que nuevamente está en peligro se deja arrastrar por la corriente y permanece en otra roca por lo menos 15 minutos. Al rato un carro que transporta trabajadores para la microcentral se detiene al verlo. Lo sacan del río y lo llevan al Hospital de Anserma, donde permanece en urgencias en espera de que en un centro de salud de mayor complejidad le resulte una cama.
Aunque se avisa a las autoridades, el mototaxista se queja de que la reacción no fue rápida y que su agresor huyó.
Al preguntarle si volverá a ser mototaxista expresa: "No creo. Uno no puede seguir transportando gente que no conoce, y con lo que me pasó no voy a arriesgar más mi vida porque estoy vivo de milagro", concluyó.
Responde Policía
El Comando de Policía de Caldas, frente al caso, indicó que hay permanente comunicación e información entre las unidades policiales de Risaralda y Caldas donde establecen planes de control y vigilancia. Asimismo, cuentan con la colaboración de la comunidad de las zonas rurales en busca de información que permita identificar al agresor del mototaxista.
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