LA PATRIA | MANIZALES
"La vida debe continuar, pese a que fue un capítulo amargo de mi vida. Siempre creí en mi inocencia", expresó un caldense, que recobró su libertad después de permanecer en la cárcel durante 14 meses, acusado de homicidio agravado.
"Quiero seguir con mis cosas, en mi trabajo, al lado de mi compañera sentimental, en los proyectos de vida. Es un lamentable episodio que debe quedar atrás", le comentó el exsindicado, de 20 años, a su abogado, Germán Sarasty.
A esta persona la detuvieron el 28 de febrero del 2015 en el barrio El Dorado, de Pereira, como presunto responsable de la muerte de Luis David Mejía Cárdenas, de 19 años, asesinado el 16 de septiembre del 2014, en Chinchiná.
El detenido no aceptó los cargos en la audiencia, pero fue enviado a la cárcel La Blanca. Inicialmente se dijo que la muerte se generó, al parecer, por una disputa por las plazas de vicio.
Los hechos fueron en la carrera 7ª. con calle 7ª., del sector de La Galería, donde queda la residencia Nuevo Amanecer. Allí laboraba la víctima. Días antes del hecho, por esa misma zona, un forastero preguntó en varias ocasiones por él, narró un residente del sector.
Un amigo del occiso contó que a las 10:00 de la noche llegó un hombre a la residencia y solicitó que le arrendaran una habitación. La víctima salió a recibir al presunto cliente, como lo hacía siempre.
Le abrió la reja de ingreso y cruzó unas palabras con su asesino. Cuando el primero dio la espalda, el homicida sacó su arma y le disparó en cinco veces. Un proyectil lo impactó en el cuello y, los otros, en la espalda.
El abogado Sarasty explico que la Fiscalía no logró desvirtuar la presunción de inocencia de su cliente y que la Juez Primera Penal del Circuito de Chinchiná consideró que no se reunieron las exigencias del Artículo 381 del Código de Procedimiento Penal, que establece que para condenar se requiere un conocimiento más allá de toda duda acerca del delito y la responsabilidad del acusado.
"La Juez estimó que la prueba ofreció críticas que generan una duda que debe resolverse a favor del procesado, como lo solicité. La lectura de sentencia será mañana, pero el sentido de fallo fue absolutorio y se ordenó la libertad de mi cliente", expresó el defensor.
La prueba del ente acusador era un supuesto testigo presencial de los hechos, pero su declaración generó dudas, según Sarasty. Además, en el sector de los hechos no había cámaras.
Esa semana en que lo mataron, Luis David Mejía pensaba irse de paseo para La Virginia (Risaralda). Lo describieron como una persona sana, servicial y que no tenía problemas con nadie. Vivía con su pareja y no tenía hijos.
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