LA PATRIA | MANIZALES

"Un solo detonador en la mano de una persona puede arrancársela si llega a explotar. Tiene una carga de explosivo muy sensible y poderosa. Reacciona al calor y a la fricción. Es muy delicado y por eso este elemento no se traslada con otros materiales para evitar accidentes. El policía que murió en octubre pasado, en Chinchiná, destruía ese tipo de material. Y eso que sabía cómo hacerlo".

Así se refirió un experto en antiexplosivos a lo peligrosos que pueden ser los detonadores no eléctricos. 1.200 de ellos se los decomisaron a un hombre, el pasado sábado en la mañana, en Sabinas, vía Manizales-Fresno. La Policía Metropolitana de Tránsito, en un puesto de control, lo aprehendió.

El capitán Emmanuel Bolívar, comandante de ese grupo, indicó que el sujeto iba como pasajero en moto. Al registrarla la maleta le hallaron los detonadores. "Son los iniciadores para un explosivo. Supuestamente los debía entregar a otra persona que lo contrató, en un punto más arriba, pero no quiso confesar a quién, ni para qué. Él le pagó al conductor de la moto y lo usó como gancho ciego, como se dice popularmente".

Si los detonadores hubiesen explotado en plena marcha de la moto, se podría generar una tragedia.

La norma

El Artículo 366 del Código Penal habla de la fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido, de uso privativo de las fuerzas armadas o explosivos, y establece una pena entre 11 y 15 años de cárcel.

El dato

El intendente jefe Marcelo Reyes Rodríguez, de 41 años, murió a finales de octubre en un accidente laboral, cuando destruía unos explosivos en el sector de La Balastrera, de Chinchiná. Era un técnico experto en esa materia.