LA PATRIA | MANIZALES
Carlos Andrés Ocampo Diosa, de 39 años, obtuvo una rebaja de tres años de prisión por matar a un menor de edad en el barrio Comuneros. El Tribunal Superior de Manizales aceptó una acción de revisión de la condena de 17 años y cuatro meses, que era la condena inicial.
El hecho criminal que terminó con la condena fue un enfrentamiento por un celular. Según el recuento del caso, el 20 de abril del 2008, a las 2:00 de la tarde, el joven Jonathan González Ladino se le acercó a Ocampo y lo increpó.
La razón del reclamo era que el mayor le había comprado un teléfono móvil, pero aún le debía $20 mil al adolescente. Cuando este último le cobró, la respuesta fue que mejor le devolvía el celular.
El joven no aceptó y comenzaron a agredirse. El resultado: Ocampo le propinó a González varias puñaladas, que le causaron la muerte.
El 28 de abril del mismo año presentaron al responsable ante un juzgado con función de control de garantías. Se le indicó que por tratarse la víctima de un menor de edad no podían ofrecerle beneficios. De todas maneras aceptó los cargos.
Dos meses después lo condenaron a los 17 años de prisión. Sin embargo, en el 2013, la Corte Suprema de Justicia hizo lo que se denomina un cambio jurisprudencial, es decir, cuando modifica su posición respecto a algunas decisiones que venía adoptando.
Para el caso de Ocampo Diosa, el Tribunal Superior de Manizales aplicó decisiones recientes de la Sala de Casación Penal de la Corte.
De otro lado, se recuerda que en el 2004, cuatro años después de expedido el código de las penas, hubo una modificación de la Ley 599 que endureció los castigos por los delitos.
Sin embargo, la tendencia actual, aunque se trate de víctimas menores, es que hay procesos en los que se podrían aplicar las penas previstas antes del 2004. Así lo resolvió el Tribunal Superior de Manizales en la acción de revisión que solicitó el defensor del homicida.
Otra condena
Carlos Andrés Ocampo había descontado buena parte de la pena y hasta obtuvo la domiciliaria y permiso para trabajar, pero en el 2016 fue sorprendido con otros miembros de su familia en tráfico de estupefacientes. Se le revocó el permiso y volvió a prisión. Está libre, por cumplimiento de las condenas con los respectivos descuentos y por la decisión del Tribunal.
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