LA PATRIA | MANIZALES

A Julio César Osorio Gómez, conocido en Salamina como Carraca, lo recordarán no solo por amiguero y conversador, sino porque elaboraba unos tirados (dulce panela que se estira) que se vendían en un santiamén. En la noche del miércoles, en hechos que son materia de investigación, murió dentro de su casa en el sector El Descanso, carrera 8ª con calle 13, de ese municipio.

Las autoridades acudieron a atender una supuesta discusión y lo hallaron muerto, pero esperan el resultado de Medicina Legal para saber qué ocurrió realmente: si lo asesinaron con una pala como aseguran en el municipio, o si fue natural, pues Carraca, al parecer, sufrió un infarto. Pese a eso, la Policía detuvo preventivamente a una persona que salía de esa casa. Anoche se conoció que la necropsia determinó que el cadáver no tiene signos de violencia, por lo que el fiscal ordenó la libertad del detenido.

Julio César tenía 54 años de edad, nació en Aranzazu, pero desde los siete vivía en Salamina. Desde el 2007, comentaron los habitantes del municipio, por las calles se escuchaba después del mediodía una voz que gritaba: el tirado salamineño, el tirado salamineño.

Era Julio, que tenía una pequeña empresa dedicada a la venta de este producto. Sus clientes lo rememoraron como carácter alegre, suelto y hablador. En una ocasión, un amigo le dijo que si no le daba pena ir por las calles gritando.

Respondió: "no estoy robando, me la estoy ganando con el sudor de mi frente y con honestidad. La plata esta hecha, hay que salir a buscarla”.

En Salamina están extrañados con su deceso, pues no le conocían problemas.

Se acabó la racha

En Salamina no se reportaba una muerte violenta desde hace dos años ocho meses y nueve días. El 18 de febrero 18 del 2014 hallaron los restos de Javier Fermín Soto Arias, de 23 años, en zona rural. Llevaba cuatro meses desaparecido.