La vocación maderera por los cultivos de pino y ciprés en Pensilvania fue aprovechada por una joven que pretendió entrar 93 gramos de marihuana oculta dentro de un tronco de madera a la cárcel. Allí desconocían esta modalidad de tráfico.
Al parecer la adolescente quería surtir a su novio privado de la libertad. Para eso se valió de la madera que periódicamente entra a la cárcel para la elaboración de artesanías y el trabajo en el taller.
Información de la ciudadanía permitió el decomiso. Al hallar el estupefaciente las autoridades notaron el trabajo cuidadoso para encaletar la droga en uno de los 10 troncos que debían llegar a la ebanistería.
La mujer fue capturada por la Sijín de Pensilvania y puesta a órdenes de la Fiscalía local.
La Policía judicial de Pensilvania encontró la droga dentro de la madera.
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