Era sospechoso de homicidio y pagará por otro delito

LA PATRIA | MANIZALES

Paradójica resultó ser la historia que hoy tiene tras las rejas a Óscar Eduardo Arce Gómez, de 33 años, y conocido como Fuego Verde, pues aunque agentes de Policía lo detuvieron como sospechoso del homicidio de Diego Jhoan Giraldo Zapata, el pasado 31 de mayo, en Barrios Unidos (Manizales), terminó respondiendo por otro delito.

El día de los hechos, el occiso llegó con un arma de fuego y le disparó a una mujer que estaba sentada viendo un partido en las graderías de la cancha de microfútbol. Él intentó escapar, pero no contaba con que conocidos de ella estaban ahí, se quedó sin munición y aprovecharon para atacarlo a bala y con armas blancas. Su cuerpo quedó tendido al lado de una de las porterías.

La reacción de la Policía fue inmediata y a dos cuadras del sitio aprehendieron a cuatro hombres que se movilizaban sospechosamente en dos motos, entre ellos dos menores de edad. Les encontraron en su poder cinco pastillas de rivotril (medicamento psiquiátrico), 6,5 gramos de cocaína y un revólver.

Arce Gómez era uno de esos detenidos y se presumía que pudo haber participado del crimen, pues también es sobrino de la mujer a quién agredió el occiso. Sin embargo, no se ha podido comprobar su responsabilidad, pero sí tuvo que enfrentar cargos por porte ilegal de armas de fuego y tráfico, porte y fabricación de estupefacientes. El 1 de junio aceptó los cargos y fue enviado a la cárcel.

El 23 de julio llegó a un preacuerdo con la Fiscalía, y la semana pasada el Juzgado Séptimo Penal, durante la audiencia de lectura de sentencia le dictó una pena de ocho años, un mes y 15 días de prisión, sin ningún beneficio. No hubo apelación.

Arce ya había pagado una pena privativa de la libertad de 10 años en la cárcel Picaleña (Tolima), por homicidio.