OSCAR GIRALDO
LA PATRIA | MANIZALES
Montebonito (Marulanda) fue desde hace 150 años el paso obligado para los arrieros que querían llegar desde Manizales y los municipios antioqueños al puerto de Honda (Tolima) para embarcar sus mercancías o viajar a la Costa Atlántica, a través del río Magdalena.
Pero con el tiempo las cosas cambiaron y el corregimiento se convirtió en punto estratégico para el tránsito de otros: integrantes de las Farc y de las Auc, según explica Juan Diego Valencia, quien hace 50 años habita en la región.
Cronología del ataque
Valencia recuerda que a partir del 2000 empezó la presencia guerrillera. En mayo del 2002 fue el primer hostigamiento y asesinaron al subintendente Juan Carlos López.
En el 2004 ocurrió otro ataque, pero esta vez lo perpetraron los paramilitares del Magdalena Medio, quienes desde el 2002 ingresaron a la zona, pero dos años después la abandonaron.
"La Policía tomó cartas en el asunto porque mantenían en la población, vinculados en muchas actividades dentro de corregimiento. Un sargento implantó el orden y en represalia una tarde bajaron al parque y se enfrentaron, hirieron a un paramilitar en una pierna y en ese momento empezó la retirada", recordó.
Dos años después, el 4 de marzo del 2006, una columna del Frente 47 de las Farc, al mando de alias Karina, atacó sin piedad.
La gente piensa que el primer ataque en el 2002 se pudo relacionar con la muerte de un guerrillero en un enfrentamiento con las Auc en el 2002. Sobre la toma, esta pudo ser consecuencia de la estadía de los paramilitares durante dos años en el corregimiento o la muerte, a manos del Ejército, de otro compañero.
Estruendo de madrugada
Faltaban cinco minutos para la 1:00 de la mañana y sonaron los primeros disparos de una metralleta ubicada en el Alto de la Cruz. A eso le siguieron las pipas de gas que lanzaban desde una plataforma ubicada detrás de la Estación de Policía.
Una granada estalló dentro de una vivienda y mató a José Luis Valencia Martínez, de 21 años, y a su hijo Carlos Eduardo, de apenas siete meses. Su esposa, su hija y su madre quedaron heridas de gravedad. Esta última, identificada como María Dora Martínez, murió en Manizales a causa de las lesiones.
En el cruce de disparos fallecieron el patrullero Melvin Giraldo Manco y un guerrillero.
Dos horas duró la toma. Cinco personas murieron y siete civiles y tres policías resultaron heridos. A las 3:00 de la mañana hubo un corto circuito en una discoteca y se inició un incendio que consumió 10 propiedades construidas en madera.
Perdió todo, ayudó y le dijeron avivato
Juan Diego Valencia se autodenomina un historiador empírico. Es pintor, hace sonar la campana de la iglesia, atiende las quejas de la comunidad y les busca soluciones, colabora en la huerta del colegio, es bombero, fue víctima de la toma guerrillera, pero no aparece como tal.
Su casa fue la última que se quemó, prefirió verla arder antes de que el incendio se extendiera hacia la casa vecina y fuera incontrolable. Corrió a la Casa de la Cultura y sacó algunos implementos para sofocar las llamas. En su camino vio a los guerrilleros en retirada. En unas escalas, tres de ellos descansaban y fumaban, uno le dijo: "Apague que ya nos vamos, nos pasamos con esto".
Él siguió, convocó a sus vecinos a que salieran con baldes y vasijas. En la mañana controlaron las llamas, antes de que llegaran el Ejército y los bomberos de municipios vecinos.
Luego aparecieron entidades gubernamentales y no gubernamentales ofreciendo apoyo a las víctimas, pero a un funcionario le dio por decir que Juan Diego era un avivato, pese a que perdió su casa y todos los enseres. No le brindaron ninguna ayuda.
Cuando quiso presentarse como víctima de las Farc ante el Estado supo que lo vetaron, que no tendría derecho a ninguna reparación. Sin embargo, siguió luchando por su población y la ayudó a reconstruir.
Cicatriz imborrable
En Montebonito ya no quedan vestigios del ataque terrorista, por lo menos no en las viviendas y negocios agujereados, reducidos a cenizas o derrumbados. Pero en sus mentes hay heridas que no han cerrado. Dicen que el Estado los abandonó, las ayudas fueron pocas y no hubo asistencia psicosocial.
Algunos recibieron $800 mil, a otros les prometieron arriendos por tres meses que no llegaron y a algunos les reconstruyeron sus viviendas, pero otros lo hicieron por cuenta propia, unidos, en comunidad, pero sin el apoyo gubernamental.
Ernesto Gómez Giraldo perdió a su esposa Fanny Gómez cuatro años y medio después. Él dice que los nervios se apoderaron de ella y la vencieron.
"Me tocó lidiarla como a un niño chiquito, la tuve con dos especialistas y no sirvió. El Estado no nos ayudó, no nos dio la mano con un psicólogo. Puse la demanda ante el Personero de Marulanda y me dijo que ellos no respondían por esos muertos", sostuvo este hombre que se dedicaba a la agricultura.
Recordó que estaba en su casa cuando empezó el ataque, él y su familia intentaron esconderse en el sótano de su vivienda, pero se toparon con cuatro guerrilleros, se devolvieron y en un cuarto se cubrieron con colchones. A las 4:30 de la mañana, Ernesto salió de su escondite y vio arder a Montebonito.
Cuando salió a apagar las llamas, nuevamente se encontró con los insurgentes. Le preguntaron para dónde iba y les dijo que no quería que todo se incendiara. Recuerda que uno le dijo: "Bien pueda. Hágale y llame gente que ya vamos de salida".
Su esposa siguió grave, cuando sentía cualquier estruendo se desesperaba. Los médicos le dijeron que la enfermedad que la postró y se la llevó fue consecuencia de la toma guerrillera.
"Quedé con el golpe de la falta de mi señora. Yo tenía que trabajar en el campo y ver por ella, pero ahora salí adelante gracias a Dios. Confío en que el Estado responda alguna vez. Si yo fuera una persona mala qué esperanzas tendría, pero me considero bueno, honesto y espero que ojalá se acuerden", concluyó.
Juan Diego y Marco Fidel Castro, que es un comerciante que perdió una droguería y una miscelánea, recordaron que el gobernador de Caldas en ese entonces, Emilio Echeverri, se reunió con todos en el templo luego del ataque y les dijo algo que los indignó.
"El gobernador vino y contó que ya sabía lo que iba a suceder porque hicieron un consejo de seguridad en Mariquita y estaban conscientes de esto. Dijo que ya sabían, pero que les había cogido ventaja", sostuvo Marco Fidel.
Juan Diego Valencia piensa que fue una toma anunciada, todos sabían que la guerrilla se iba a meter. "En esa época el alcalde, Rigoberto Castaño Tovar (Las Farc lo asesinaron en octubre del 2006), contó que en el consejo abordaron el tema y había labores de inteligencia de que una columna del frente 47 se movía por este lado y nunca se le prestó atención al llamado", sostuvo.
Marco Fidel es desplazado, escapó de la violencia en los Llanos Orientales, buscaba tranquilidad en Montebonito. Lleva 18 años en el corregimiento y ahora posee una pequeña tienda. La única ayuda que recibió fue de $800 mil.
"Pido a Dios que no nos vuelva a suceder esto, pero la situación es dura y el Gobierno no apoya a los campesinos que somos los más afectados y la base del sostenimiento del país. Nos prometieron cosas, ya son 10 años, no nos han cumplido y estoy seguro que ni nos cumplirán", concluyó el comerciante.
El exgobernador Emilio Echeverri recordó ese suceso como un acto infame de la guerrilla. Aseguró que se tenían indicios de que las Farc atacarían y ese temor lo puso en conocimiento de las autoridades, pero no había un lugar preciso y lo hicieron de sorpresa. Cree que faltó un poco más de vigilancia de la Fuerza Pública y una presencia más decidida.
"Buscamos la manera de emprender una reconstrucción y se logró. Recuerdo la preocupación del alcalde de la época, pero era un lugar de difícil acceso, tampoco hubo un anuncio concreto, pero fue una situación latente y permanente", concluyo el exmandatario.
No quiere recordar
Desde que Gladis Marina Blandón perdió a su esposo, a su hijo y a su suegra abandonó la casa que habitaba. Se la reconstruyeron, pero quedaron recuerdos en los que prefiere no pensar. Sin embargo, se quedó en Montebonito. Vive en otra vivienda con tres hijos y el padre del menor.
Ella no solo sufrió esa pérdida, sino que estuvo hospitalizada casi un mes en Manizales a causa de las heridas que sufrió especialmente en el ojo derecho y en el brazo izquierdo. Su hija, ahora de 15 años, permaneció en un hospital durante mes y medio, perdió el ojo derecho y las esquirlas le afectaron una pierda y el abdomen.
Llevaba casi un mes en Montebonito cuando ocurrió el ataque guerrillero, una granada cayó en su casa. Venía de una finca cercana huyendo de la presencia de los paramilitares.
La retirada
La toma guerrillera del 4 de marzo del 2006 fue el último ataque de las Farc a Caldas. En el 2007 se empezó a disolver el Frente 47, el de mayor influencia y destrucción en el departamento.
Ofreció ayuda
Ómar Alonso Toro Sánchez, director territorial para el Eje Cafetero de la Unidad para la Atención y Reparación Integral de Víctimas, sostuvo que la entidad está dispuesta a prestar la ayuda psicosocial que la comunidad requiera, y que pueden enviar un oficio por medio de la Alcaldía o directamente.
Sobre las personas que aseguran que no recibieron las ayudas o en el caso de Juan Diego, a quien vetaron, dijo que escucharán las quejas en sus oficinas y buscarán una solución.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015