El drama es por un policía secuestrado y otro desaparecido

LA PATRIA | Manizales

Jairo Díaz Vergara y Víctor Alfonso González tienen varias cosas en común: son caldenses, prestan sus servicios a la Policía, tienen 24 años y ni sus familiares ni la institución saben de sus paraderos.

González, ansermeño, al parecer fue secuestrado por las Farc el viernes pasado junto con un compañero de Líbano (Tolima). Cuando investigaban un caso de extorsión fueron retenidos en Pradera (Valle) y luego llevados a Florida, municipio vecino, en donde, según declaraciones del director nacional de la Policía, general José Roberto Leal Riaño, estarían en poder de esa guerrilla.

Lleva cuatro años en la institución y lo reconocen en Anserma porque había sido monaguillo en el templo de Nuestra Señora del Carmen. Durante 18 meses se desempeñó como camarógrafo en el canal local CNC Televisión. Allí sus excompañeros de trabajo lo describieron como un joven serio y responsable.

Jhon Mario Agudelo, quien se desenvuelve en el área de producción del canal, dice: "él tenía mucha capacidad para filmar y dio muestras de gustarle las comunicaciones, pero decidió ingresar a la Policía por insinuación de su padre. Presentó los exámenes y fue admitido en la Escuela de Carabineros Alejandro Gutiérrez, de Manizales".

Agrega que el patrullero visitaba regularmente el canal durante sus permisos y vacaciones. Con respecto a la familia del uniformado, indicaron que reside en el barrio El Socorro y está compuesta por madre, padre y una hermana, quienes han evitado pronunciarse para dejar todo en manos de las autoridades.
La comunidad está consternada y unida, rezando para la liberación del ansermeño. Por tal motivo, en la parroquia donde trabajó como acólito se hacen oraciones para que regrese pronto al lado de su familia.

El manizaleño

"Hemos tomado la situación serenamente". Esas fueron las palabras de María Nanci Díaz, tía del desaparecido agente manizaleño Jairo Díaz Vergara, quien ya completa cuatro días sin que se sepa nada de él. En el momento de los hechos el joven prestaba el servicio en barrio El Codito, localidad de Usaquén, al norte de Bogotá, como lo informó LA PATRIA ayer.
Este diario habló con la familia que reside en Manizales. La tía indicó antes de la desaparición lo llamaron a que fuera a mirar con otros compañeros unos personajes que estaban consumiendo alucinógenos. En el momento de ir a inspeccionar, los uniformados se separaron y fue ahí cuando no se volvió a saber de Díaz.
La última vez que Morocho, como le dicen cariñosamente, se comunicó con su familia fue el pasado sábado, y les dijo que estaba bien.
El joven se encontraba vinculado a la Policía hace cuatro años y desde hace10 días fue trasladado al CAI de Villa Diana, zona de Usaquén. Su familia en Manizales sabe de su desaparición lo que salio ayer publicado en este diario, pues su tía afirma que la institución no se comunicó con ellos para informales lo que ocurría.
La mujer sostiene que la mayoría de sus familiares están vinculados con la Policía, por lo que agrega: "hasta el momento en Bogotá hay un buen movimiento de las autoridades para buscarlo. Esperamos que no paren. Ayer (lunes) viajó su papá y su hermana, quienes nos están comunicando toda la situación".
Ana Inés Cardona, la abuela (foto), con la Virgen de Guadalupe en mano añade: "hay que pedirle con mucha fe para que me haga el milagro y aparezca".

Mirada profesional
Para la psicóloga Noelba Calle, una familia que enfrente este tipo de situaciones debe primero guardar la calma y luego buscar, entre los familiares, la persona más fuerte emocionalmente, para que ayude a estabilizar a los demás. "Esa persona debe elaborar un plan de acción frente a la situación y es muy importante que busquen ayuda profesional, debido a que existen varias clases de duelo; en este caso hablamos de un duelo por desaparición", concluyó.