Echeverría, sin límites para servir: policía muerto en Barranquilla, que trabajó en Manizales

LA PATRIA | MANIZALES

Lágrimas de alegría derramó a finales del año pasado el patrullero de la Policía Freddys Echeverría Orozco, de 24 años, cuando fue condecorado por la Policía Metropolitana de Manizales, en la que trabajaba. Lo sorprendieron con un video en el que su familia, en el corregimiento de la Isla del Rosario (Magdalena), lo saludaba.

"Me cogió por sorpresa", señaló con voz entrecortada, mientras recalcó que siempre pensaba en su familia y en Dios para ir por el camino correcto. Hoy lo recuerdan con nostalgia en Manizales y en su natal Soledad (Atlántico). Echeverría Orozco fue uno de los cinco uniformados que perecieron en un atentado del fin de semana contra la estación San José, en Barranquilla.

Insistió para que lo trasladaran hacia su tierra natal, pues quería estar cerca de su mamá, comer de los manjares que ella le preparaba y que la mujer que le dio la vida viera sus buenas acciones y su crecimiento profesional.

Hace mes y medio logró su cometido: que lo mandaran cerca de su casa, pues estaba a unas 19 horas por tierra y solo podía viajar en vacaciones o en permisos especiales.

El patrullero Emilio Madarriaga, compañero del fallecido en la capital de Caldas, lo rememoró como una persona muy alegre, mamadora de gallo y gran ser humano.

"Muy comprometido con las cosas que hacía. Su lema era: si vas a hacer algo, hazlo bien o no hagas nada. Causa mucho dolor que un grupo de personas alque no le agradamos sea capaz de ejecutar algo tan cobarde", expresó.

Hicieron parte del grupo rural. Echeverría Orozco laboró en el El Tablazo, El Carmen y El Nevado. Lo recordaron porque le encantaba el trabajo con la comunidad, sobre todo en recreación con adultos mayores.

"Era muy sociable, no se restringía para gozar con las personas, sin importar la edad. No tenía límites para servir. La última vez que hablamos andaba ansioso por el posible traslado, que finalmente consiguió", dijo Madarriaga.

De los 24 años de vida, dedicó cuatro a la Policía, todos en Manizales. "Hubiese sido mejor que no pidiera el traslado”, le afirmó un familiar a un medio de Barranquilla. El patrullero, el mayor de tres hermanos, era soltero y no tenía hijos.