Cuatro jíbaros, con oportunidad de rehabilitarse en sus casas

LA PATRIA | MANIZALES

Cuatro integrantes de la banda de Chiqui, dedicada al microtráfico en Manizales, podrán pagar sus penas bajo prisión domiciliaria, mientras que igual cantidad lo hará en la cárcel, tras la decisión que adoptó el lunes pasado el Juzgado Quinto Penal del Circuito de Manizales.

El juez determinó que contra los procesados existían suficientes pruebas como los seguimientos que les hicieron, la incautación de sustancias a clientes y los señalamientos de estos mismos. Atentaron contra la salud pública y generaron un problema social.

Tras llegar a un preacuerdo en septiembre pasado se leyó la sentencia de 16 meses para dos integrantes y de 32 para otros seis. Sin embargo, todos esperaban que les otorgaran la domiciliaria bajo la excusa de que tienen familiares enfermos, son cabeza de hogar y se comprometían a trabajar y dejar de delinquir.

Rubén Darío Isaza Isaza, Jesús Antonio Durango Arcila, Nelson David Pérez Ceballos y Brayan Stiven Martínez Jiménez irán a prisión, pues se demostró que sus familiares no sufren enfermedades graves y/o existen quién responda por sus hijos.

Carolina Rodas Villegas, madre soltera de cuatro hijos; Mario Vásquez Restrepo, padre de un niño y con su pareja estudiando; Alexis Calle Henao Ramírez, quien vela por su madre y su abuela, y Daniel Mateo Beltrán Posada, quien responde por su hijo y su madre, estarán encerrados en sus casas.

La banda de Chiqui

El 28 de abril pasado se llevó a cabo el operativo que permitió la captura de 19 integrantes de la banda, liderada por Chiqui y Camas, señalados de la venta de estupefacientes en Sierra Morena, Estrada, Las Delicias, San José, Cervantes y San Sebastián.

Junto a ellos lideraban la organización la Japo, esposa de Chiqui, y Calderón. Sumado a las denuncias ciudadanas y a capturas de otros integrantes, estuvo el testimonio del integrante de otra banda, actualmente en la cárcel, a quien amenazaron de muerte y al que le asesinaron un hijo.

Los ocho condenados integraban la parte baja de la pirámide delincuencial. Se dedicaban a la venta de estupefacientes en sus viviendas o en los recovecos de los barrios mencionados.

Beneficiados

Carolina Rodas Villegas, a quien le reconocieron la calidad de cómplice, y Nelson David Pérez Ceballos, por extrema pobreza y marginalidad, recibieron condenas de 16 meses. Los otros expendedores, 32 meses. También los obligaron a pagar multas económicas.