LA PATRIA | MANIZALES
Al universitario manizaleño Juan Sebastián Arenas Páez y al sicario Albeiro de Jesús Velásquez Agudelo, alias el Mico, no les valió acudir al recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia para demostrar su posible inocencia.
El pasado 17 de noviembre les confirmaron la condena que en segunda instancia les dio el Tribunal Superior de Manizales a 33 años y un mes de prisión, y 32 años y tres meses, respectivamente, por homicidio tentado, porte ilegal de arma, fraude y falsedad en documento privado.
El caso fue muy sonado en Manizales, pues la víctima, Luz Estela Castaño Ramírez, quedó ciega. Arenas Páez contrató a Velásquez Agudelo para que la matara. Al universitario lo habían declarado inocente en primera instancia y al sicario le habían dado 18 años.
El Mico la interceptó el 20 de octubre del 2009, en el barrio La Primavera, de Manizales, y disparó delante del hijo de la muer. Ella recibió impactos de bala en el pecho, la espalda, el brazo, la cara y el cráneo, el hombro derecho y un ojo.
Juan Sebastián y Luz Estela tenían una relación de negocios y de amistad. El hombre le debía $87 millones, que había invertido en la compra de un apartamento en Medellín (Antioquia) y en una camioneta. Con el paso del tiempo comenzó a incumplirle con los pagos, por lo que la relación comenzó a resquebrajarse.
"Juan Sebastián tenía una relación paralela y se iba a casar, por lo que había otro motivo poderoso para matarla, ya que Luz Estela le reclamaba permanentemente por la otra relación, y temía que hubiera una ruptura en su noviazgo oficial", se dijo durante el juicio.
En el fallo se explicó que la víctima ya no era una fuente de ingresos sino una molestia, ya que ella solo se comunicaba con él para cobrarle. La afectada no tenía enemigos ni negocios turbios y era una mujer exitosa y sin problemas, se expresó.
En enero del 2010, cuando la Policía interceptó el teléfono del universitario, comprobó que se comunicaba permanentemente con el Mico, pues pretendía hacer otro negocio y que lo contrató para que siguiera y matara a Leonardo Grajales Calle, a quien le debía $70 millones. Sería cerca de la Clínica Santillana, por lo que la Policía se dirigió al lugar y pudo evitar el crimen.
Según el CTI, el universitario sería parte de una red de asesinos que operaba en la ciudad y que se conocía como los
NPR, una filial de la Oficina de Envigado. Huyó de la justicia, pero el 21 de noviembre del 2014 lo detuvieron en Murcia (España), donde se refugió con un nombre falso.
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