HELMER GONZÁLEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Un ambiente tenso se vive en las sesiones de la Corte Suprema de Justicia, reconoció el presidente de la Corporación, el magistrado caldense Rigoberto Echeverri Bueno. La razón evidente son los casos de corrupción que afectan la imagen y la credibilidad de la institución.
Sin embargo, defendió que pese al mal momento, la Corte Suprema, máximo órgano de la Jurisdicción Ordinaria, continúa en sus funciones y atendiendo a los requerimientos de los organismos de investigación para que los casos se resuelvan con la celeridad que también pidió el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
En su intervención ayer en la instalación del Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria, que se lleva a cabo en Manizales, hizo observaciones a varios debates relacionados con el poder judicial. Entre ellos rechazó la implementación de un tribunal de aforados, eliminando las altas cortes, contenido en la reforma política tramitada por la vía rápida, asunto que, dijo, no hizo parte de los acuerdos de La Habana.
Momento difícil
La campaña política será una prueba de fuego para el poder judicial, acosado por los casos de magistrados implicados en casos de corrupción. Comentó que desde el año 2000, cuando ingresó a la Corte Suprema de Justicia, estuvo en varios Encuentros y en momentos difíciles.
“Gran parte se hicieron en momentos difíciles. En esta ocasión estamos entre las más graves crisis que ha pasado la Corporación en toda su historia. Hemos visto cómo todo el prestigio ganado en un siglo se ha perdido frente al país”.
Agregó que la corrupción es la mayor y la más grave amenaza al Estado, que se ha extendido como la peor enfermedad, pero es más grave en el poder judicial, porque los jueces son los llamados a combatirla.
“Cualquier vulnerabilidad pone en riesgo todo el el edificio estatal”. Advirtió que no todas las voces que se escuchan necesariamente propenden por soluciones, particularmente en un año preelectoral.
Fauna de propuestas
Llamó la atención en que se escuchará una “variada fauna de propuestas” frente a la justicia, solo por el afán de conseguir votos. “Debemos esperar desde las más radicales como una asamblea nacional constituyente, que pondría en riesgo la institucionalidad y los avances de la Constitución de 1991”.
Otros podrían proponer la revocatoria del mandato de los magistrados de las altas cortes para deslegitimar sus decisiones, medida aparentemente efectista de depuración que ciernen un manto de duda sobre la rectitud moral de los afectados y en particular de quienes actún honestamente.
“Habremos de esperar propuestas que, sin ser tan radicales, tenderán a minar la independencia de los jueces y a restarle autonomía a la rama judicial, inspiradas en un régimen presidencialista”, concluyó sobre este tema.
Reforma
El presidente de la Corte Suprema destacó que aceptan una reforma a la justicia, pero que sea adecuada conforme a las condiciones reales del país que tenga en cuenta varias consideraciones, entre ellas que la corrupción es un fenómeno cultural para combatir inclusive desde las instituciones educativas.
De igual manera, mantener la separación de poderes, la independencia de los jueces, elección de jueces y magistrados por méritos, eliminar las funciones electorales de las cortes respetando el sistema de pesos y contrapesos, establecer órganos de autogobierno judicial, regulación de las tutelas contra providencias judiciales, el precedente judicial y presupuesto.
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