LA PATRIA | MANIZALES
Héctor Armando Rendón Ortiz entregó información valiosa para que sus compiches llegaran a la hora precisa y les quitaran $39 millones 830 mil a unos docentes de Anserma, que habían ahorrado dinero durante el 2017 en lo que se conoce como natillera.
Por esta complicidad en hurto calificado y agravado, en concurso con porte ilegal de armas, el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio condenó a Rendón Ortiz a 30 meses de prisión que, por la clase de delito, no es excarcelable, ni permite beneficios.
El 15 de noviembre del 2017, a las 4:40 de la tarde, se desarrollaba una reunión de profesores en un salón de la Escuela Antonio José de Sucre, en Anserma, con el objetivo de repartir el dinero de la natillera. Intempestivamente entró un sujeto, los abordó y los intimidó con arma de fuego, se apoderó de la plata que estaba dentro de un bolso y huyó por la calle 5ª. con dirección a la carrera 7ª.
La Policía lo persiguió y lo alcanzó en la vía que lleva a Belén de Umbría, vereda El Rosario. Iba en moto con una mujer. Le hallaron un revólver calibre 38, con seis cartuchos. A su acompañante le encontraron el bolso con el dinero. Los identificaron como José Orlando Arango Sánchez y María Lucy Caro Mejía. Les incautaron tres celulares y el vehículo. Al primero le dieron seis años y tres meses de cárcel, y a la mujer, seis años y dos meses.
Arango Sánchez, en su declaración, indicó que Rendón Ortiz sabía de la existencia del dinero, el momento de su reparto y la forma en que podía ser hurtado, es decir, entregó información eficaz y oportuna para dar el golpe.
El tercer condenado es natural de Anserma, de 36 años, dedicado al comercio. El día de su captura lo judicializaron como cómplice y le dieron domiciliaria, con permiso para trabajar. Aceptó cargos.
Durante el proceso, los afectados indicaron que el sujeto armado les dijo: "Estas cosas se recuperan fácil, menos la vida". Luego les arrebató el bolso.
En su declaración, el ladrón manifestó que Héctor Armando y otra persona planearon el robo y les mostraron la docente a la que debían abordar en el momento del hurto. Además, le dieron el arma de fuego. Primero se pensó en cometer el ilícito en la casa de la profesora.
"Ellos me quitaron mi celular y me entregaron un Alcatel, con tarjeta SIM nueva, y me hicieron una recarga. Había un número de contacto que decía Mono, para que llamara en caso de algo. También me mostraron una foto de la docente. Luego me timbraron para decirme que le hiciera, que ya estaban repartiendo la plata. Me tocaba el 30%", narró el ladrón. El arma decomisada pertenece a un tercero, está activa y no tiene reportes de pérdida o hurto.
A Rendón Ortiz le negaron la domiciliaria, solicitud que quiso avalar por su condición de padre cabeza de familia, pues tiene dos hijos de 12 y 17 años. El despacho consideró que no quedan en abandono y desprotección, debido a que tienen a la mamá, con capacidad para trabajar. El juez ordenó expedir la orden de captura.
Los docentes entregaban cuotas fijas mensuales. El dinero lo prestaban a intereses y al final del año se citan para repartir la plata.
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