A la memoria de Marta Lucía Jaramillo de Correa

Foto | Cortesía | LA PATRIA

Cuando un amigo se va queda un espacio vacío…

Cuando un amigo se va se detienen los caminos…

Gran dolor causa el fallecimiento de Marta Lucía Jaramillo de Correa, acaecido el pasado 17 de mayo tras soportar con entereza cristiana y verdadero valor una dura enfermedad.

Es difícil describir a la esposa, madre, abuela y sobre todo a la amiga entrañable que respetó a su esposo, hijos, nietos y compañeras de colegio y de varios costureros.

Perteneció al grupo de mujeres entregadas al deber, experta tejedora y modista. Hizo de sus labores y realizaciones obras de arte. Alegre, extrovertida, ocurrente, llena de gracia.

Compartir, viajar y disfrutar sus anécdotas era estar en la más encantadora de las comedias con la sensación de asistir a una obra preparada con mucha antelación. Vivió actualizada como la mejor de las lectoras y televidente; motivos poderosos para hacer de ella una deliciosa interlocutora.

Con Hernando Correa González, también fallecido, conformó un hogar al que le sobreviven, Adriana Correa Jaramillo e hijo, Juan Diego Jaramillo Correa y Luisa García de Correa e hija, a quienes amó. A sus hermanos Jaime Jaramillo Arango, señora e hijos; Alberto Jaramillo Arango e hijos, y Jorge Jaramillo Arango, señora e hijo, un caluroso abrazo de pesar, con la seguridad de que su memoria quedará para siempre en el corazón de todos los que tuvimos el honor de ser sus amigos. Qué el altísimo la tenga en su gloria.

Cuando un amigo se va una estrella se ha perdido...

Olga Rivas de Echeverri.